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sábado, mayo 18, 2024

Una propuesta pedagógica ambiental en Chascomús: “Conocer para querer”

Un proyecto con perspectiva ambiental nacido hace más de 20 años de la mano de la docente de nivel primario, Inés Otero, previo a la Ley de Educación Ambiental Integral. Presentaciones de libros de escuelas rurales con menciones especiales y declaración de interés cultural y educativo municipal.

Por Ximena B. Xiong

Hace una semana, el presidente de la nación argentina, Alberto Fernández, junto con el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, y el Ministro de Educación, Nicolás Trotta, presentó Ley 27.621 para la “Implementación de la Educación Ambiental Integral en la República Argentina”.

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La presente ley tiene por objeto establecer el derecho a la educación ambiental integral como una política pública nacional y un proceso permanente apoyado en una serie de objetivos, principios y fundamentos básicos en el respeto y valor de la biodiversidad, en la participación y formación ciudadana, entre otros tantos puntos abarcativos vinculado a lo cultural, histórico y social.

Según el artículo séptimo de la Ley 27.621, las autoridades de aplicación de la Estrategia Nacional de Educación Ambiental Integral (ENEAI) es una responsabilidad compartida, con competencias y facultades diferenciadas, entre el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Ministerio de Educación, según lo normado en la Ley General del Ambiente, 25.675; en la Ley de Educación Nacional, 26.206; en articulación con el Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA) y el Consejo Federal de Educación (CFE).La norma impone contenidos ambientales para la educación formal y no formal a nivel territorial, provincial y municipal. Para ello, incorpora el inciso g) del artículo 92 de la ley 26.206 de Educación Nacional, que quedó redactado: “g) La toma de conciencia de la importancia del ambiente, la biodiversidad y los recursos naturales, su respeto, conservación, preservación y prevención de los daños, en concordancia con el artículo 41 de la Constitución Nacional, ley 25.675 y leyes especiales en la materia y convenios internacionales sobre el ambiente”.

En el marco de la Ley 27.621 para la “Implementación de la Educación Ambiental Integral en la República Argentina”, EL CRONISTA mantuvo conversación telefónica con una docente de educación primaria rural, amante de la naturaleza, sobre todo aves, Inés Otero, quien se desempeña hace más de 20 años en la profesión acompañada de una mirada pedagógica ambiental.

En ese sentido, la docente expresó que “la Ley de Educación Ambiental Integral viene a reforzar la Ley de Educación Nacional y la Constitución Nacional Argentina en su artículo 41”, que el mismo explicita: “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano”.

Con la normativa como sustento de prácticas pedagógicas ambientales, Otero mencionó: “Lo tomo con esperanza y alegría. No quisiera que quedara en una presentación de una ley, sino que se lleve a la práctica a conciencia y se pueda trabajar desde todas las áreas”.

Como docente de nivel primario de escuelas rurales, comenzó abordando la temática ambiental hace más de 20 años luego de una propuesta para trabajar sobre “nuestra identidad” con diversas aristas, dentro de ellas fauna y flora.

Entre los años, dio origen a un proyecto de índole ambiental de larga trayectoria denominado “Conocer para querer”, así nombrado en el año 2009 con la participación de una institución educativa rural en las “Olimpiadas Ambientales” llevada por la Secretaría de Planificación y Gestión Ambiental de la municipalidad de Chascomús, en ese entonces. “Con la escuela rural hicimos un trabajo de investigación, saliendo al campo a ver qué observábamos con la propuesta de realizar distintos trabajos de conservación y protección del ambiente”.

Según los requisitos de aquella olimpiada, desde la institución educativa presentaron una enciclopedia de aves producido con saberes propios e investigaciones por parte del alumnado. Así se dio forma al libro que contó con ilustraciones, relatos, poesías, leyendas como parte del patrimonio cultural vinculado a las aves.

Tras la presentación, “ganamos una mención especial que nos sirvió como un estímulo y ahí pudimos ver la cantidad de cosas que se relacionaban tanto de Prácticas de Lenguaje, Ciencias Sociales, Naturales”, dejando en evidencia la articulación del tema con las diversas materias. Luego, en el año 2014 junto con 17 escuelas y jardines rurales del partido de Chascomús confeccionaron un libro titulado “Las Maravillas de mi Mundo” que fue presentado en Marcha, la Mutual para Jubilados y Pensionados. Allí acompañaron la exposición con intervenciones artísticas.

Fruto de la conjunción de las investigaciones de niños, niñas y docentes, a fines del 2014 fue declarado de interés cultural y educativo municipal por el Honorable Concejo Deliberante de Chascomús. Aun en pie, el proyecto “Conocer para querer”, como forma de explorar e interiorizarse en las especies autóctonas relacionadas a una ecorregión, “despertamos la curiosidad”, señaló la docente de nivel primario.

Con presentaciones y el proyecto pedagógico ambiental, a lo largo de los años junto con los estudiantes que transitaron el establecimiento educativo ubicado en el paraje “Los Cerrillos”, adquirieron bibliografía propia con salidas de excursiones a cargo de profesionales, clubes e instituciones vinculadas a fauna y flora de la localidad.

En ese aspecto, Otero remarcó el “poder conservar nuestro patrimonio. Si no lo reconocemos, difícilmente podamos valorar lo que tenemos”, a la vez que añadió que con la reciente ley de educación ambiental “se generen recursos y capacitaciones porque depende de nuestro compromiso como sociedad”.

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