La violación grupal ocurrida el fin de semana largo en Palermo provocó un debate político y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se sumó a los cruces y diferenció su posición de la de Patricia Bulrrich, titular de PRO, que había cuestionado a la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta y pedido su renuncia.
El jefe de Gobierno porteño pidió, al igual que Gómez Alcorta, “transformar una cultura que necesita erradicar la violencia contra las mujeres”, así como también la “correcta aplicación de la ESI”.
En una serie de mensajes en su cuenta de Twitter, Larreta escribió: “Las mujeres sufren violencias que los hombres no podemos ni imaginar. La violación grupal de Palermo es un hecho tan grave que no debe limitarse a una discusión semántica”.
“No se trata ni de desconocer la responsabilidad penal de los violadores, que tendrán que asumirla con todo el peso de la ley, ni de perder la oportunidad del debate público para transformar una cultura que necesita erradicar la violencia contra las mujeres”, expresó en un segundo mensaje y sumó: “Sabemos que todas las mujeres, o casi todas, viven alguna situación de violencia machista a lo largo de su vida. Violencia que va desde la descalificación verbal, el acoso callejero, el maltrato o la violación hasta el femicidio”.
El mandatario porteño siguió: “Entonces, debemos enfocar la discusión en el verdadero problema: la violencia machista en todas sus formas y dimensiones. Como varón estoy convencido de que tenemos que reflexionar sobre nuestras conductas que, a veces, incluyen pequeñas acciones como comentarios, humoradas o ‘piropos’ callejeros. Estas son expresiones de una sociedad machista que tiene como víctimas a las mujeres, y les quita la oportunidad de vivir con la misma libertad”.
“Como hermano y padre de mujeres pero, también, como Jefe de Gobierno, quiero seguir convocando a todos enfrentar este problema con responsabilidad. No descansemos hasta lograr una sociedad igualmente justa y segura para todas y todos”, agregó Rodríguez Larreta y cerró: “Para esto, es central el compromiso con la educación de nuestros hijos e hijas, la correcta aplicación de la ESI y continuar con las medidas de prevención y con el acompañamiento a las mujeres víctimas durante todo el proceso y, fundamentalmente, mi intención más genuina con este mensaje es expresar mi preocupación, angustia y compromiso para la reflexión sobre las prácticas normalizadas que constituyen el día a día de nuestras relaciones y vínculos”.
El cruce de Bullrich con Gómez Alcorta
Ayer, luego de que la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, afirmara que la violación grupal a una joven en el barrio porteño de Palermo “no se trata de un hecho aislado” y señalara que los responsables “no son monstruos, son varones socializados en esta sociedad”, Patricia Bullrich, arremetió contra la funcionaria oficialista. “¡El Gobierno justifica al que viola! ¡Renuncie, ministra!”, exclamó la dirigente opositora a través de sus redes.
Bullrich tomó el mensaje difundido por Gómez Alcorta y lo reescribió para condenar su línea de pensamiento. “Ella es tu hermana, tu vecina, tu madre, tu hija, tu amiga, tu compañera de trabajo. La drogaron y la violaron entre 6 cobardes. Millones de jóvenes estudian, trabajan y generan relaciones de amor y respeto. Pero no: ¡el Gobierno justifica al que viola! ¡Renuncie, ministra!”.
Al referirse a la violación de la joven en Palermo en la pantalla de la TV Pública, Gómez Alcorta indicó que la Educación Sexual Integral (ESI) es “clave” frente a este tipo de delitos.
“No se trata ni de hechos aislados, ni de hechos que estén vinculados a personas, varones, con algún problema en particular”, dijo la ministra al referirse a la violación de una chica de 20 años cometida por seis jóvenes en un auto estacionado el lunes por la tarde en la calle Serrano al 1300, en el barrio de Palermo.
En este sentido, sostuvo que se trata de prácticas que fueron “aprendidas”. “Así como nosotras aprendemos a cuidarnos y a saber cuáles son los riesgos, los varones también aprenden ciertas prácticas: la práctica de que nuestros cuerpos, nuestras vidas, no tienen valor”, dijo. (DIB)