La fiesta federal de las orquestas infantiles y juveniles comenzó el pasado domingo con el primero de los conciertos. Con la caída del sol, Chascomús comenzó a vibrar música con una fusión entre la sinfónica y el rock nacional.
El comienzo de “El Festival” tuvo a Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale interpretando los hits que marcaron a toda una generación y que son relato vivo de la historia argentina reciente, acompañados por la Filarmónica Federal SOIJAr, con representantes de todas las provincias del país. A ellos se sumó, como invitada especial, Hilda Lizarazu, que con su inconfundible voz terminó de cristalizar el brillo del primero de los atardeceres sinfónicos.
La experiencia, que fue formacional y altamente emotiva para los jóvenes, también marcó a los consagrados artistas.
Vitale calificó a la iniciativa de la Fundación SOIJAr de manera positiva al considerar que “se trata de un proyecto hermoso de inclusión” y destacó la emoción que les provocó la mezcla de música popular con la orquesta.
Por su parte, Baglietto remarcó que “es un proyecto cultural real” al tiempo que reconoció la importancia de la música en la formación de los niños y jóvenes.
El lunes, el martes y el miércoles “El Festival” siguió sonando, pero durante estos tres días se desarrollaron las actividades puertas adentro; orientadas a potenciar la formación musical de los niños y jóvenes que forman parte de las orquestas solidarias. Durante estos tres días se desarrolló una clínica intensiva dirigida por destacados exponentes de la música y las orquestas argentinas.
El jueves la “música que transforma vidas”, como les gusta decir a los miembros de SOIJAr volvió a sonar a los pies de la laguna. Esta vez, fue el turno de la cumbia sinfónica y un homenaje a Gilda. La artista invitada, Rocío Quiroz.
Motivada por sentirse reflejada en las historias los participantes de “El Festival”, Quiroz -cuyo motor de vida es la música- se sumó a esta iniciativa solidaria con su banda para interpretar sus temas y cantar los clásicos de Gilda junto a concertistas de la Filarmónica Chascomús. Este “Concierto al Atardecer” tuvo, en primera instancia, una recorrida musical de norte a sur del país con jóvenes músicos del interior argentino.
En relación al trabajo solidario de SOIJAr y con especial énfasis en el trabajo de la Orquesta-Escuela de Chascomús “la voz de los barrios” reconoció la labor del equipo de la fundación. “Le dan oportunidades a muchas, nenas, nenes y adolescentes que ustedes van a buscar a los barrios para que puedan hacer música”, aseguró emocionada desde el escenario y frente a un centenar de vecinos y turistas. Dicho esto en relación al trabajo que hacen desde esta ONG en materia de acercar la cultura a los jóvenes, facilitarles instrumentos y ofrecerles formación musical que, muchas veces, se convierte en su medio de vida.
El viernes fue el turno de “Chascomús en Concierto”, a cargo de la Orquesta-Escuela de Chascomús, anfitriona de “El Festival” SOIJAr, que ofreció un repertorio de clásicos del mundo sinfónico y contó con la presencia del gobernador de Bs. As., Axel Kicillof.
Finalmente, el ocaso del sábado fue el momento cúlmine del evento. Con motivo de cumplirse 200 años de la Novena Sinfonía de Beethoven, 150 niños y jóvenes de orquestas de todo el país formaron parte del “Concierto a la Alegría”, nombrado así por el famoso “Himno a la Alegría”, que es parte de esta obra bicentenaria.
Este concierto contó con la interpretación coral de un conjunto de voces liderado por Mariana Carnovali, soprano declarada personalidad destacada en el ámbito de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. También estuvo presente la mezzosoprano Alejandra Malvino, egresada del Instituto del Teatro Colón y Premio Konex 2009. Todo bajo la dirección de Ezequiel Fautario, del Teatro Argentino de La Plata. A ellos se sumaron los destacados cantantes de lírica Santiago Martínez (tenor) y Marcelo Iglesias Reynes (bajo).
El encuentro musical en “la capital de las orquestas infantiles y juveniles” -título que ostenta Chascomús- fue una nueva oportunidad para remarcar la importancia de la transformación de vidas a partir de la música y reafirmar la importancia de la solidaridad para poder educar y formar a niños y jóvenes. Solidaridad a la que se sumaron todos los artistas que participaron del evento de manera voluntaria y para quienes SOIJAr extiende un profundo agradecimiento.