El arte como herramienta de sanación y expresión comunitaria es el eje central de un proyecto que, según el propio Rafael Aldatz, marcó un antes y un después en su carrera como docente y artista plástico. A través de sus redes sociales, Aldatz compartió el resultado de esta iniciativa que nació a principios de 2024, impulsada por la propuesta de Mechy Chrestia, quien acercó la idea de rendir homenaje a Nicolás Riccardi, un joven de Chascomús asesinado en el mismo mes.
El proyecto consistió en la creación de un mural colectivo, ideado y pintado por los compañeros y amigos de Nicolás en la Escuela Técnica N°1, con la colaboración de los estudiantes de la Escuela de Cerámica de la localidad. La articulación entre ambas instituciones dio lugar a una experiencia educativa y humana profundamente transformadora para los involucrados. “El arte demostró una vez más ser una poderosa herramienta para procesar y sanar”, expresó Aldatz, subrayando el impacto emocional y social que generó esta propuesta.
El mural no solo se concretó gracias a la participación activa de los estudiantes, sino también por el apoyo de la comunidad. Aldatz agradeció las donaciones de materiales que fueron clave para la realización del proyecto, así como las palabras de aliento que recibieron durante todo el proceso. “Fue un proyecto de a muchos, solo así se pueden lograr las cosas”, destacó, reconociendo la colaboración de cada persona que aportó desde su lugar.
Una mención especial merecen los docentes y alumnos involucrados. Aldatz agradeció el trabajo incansable de Mechy Chrestia, quien coordinó el proyecto con gran energía y compromiso. También resaltó el apoyo de las profesoras de la Escuela Técnica N°1, Andrea Lucero y Guillermina Helman, así como de los actuales profesores de arte, Nicolás Beltrán y María Rosales, quienes, aún siendo estudiantes en ese momento, demostraron un excelente desempeño profesional.
“Este mural no solo es una obra de arte, sino también un símbolo de la fortaleza y la unidad de la comunidad de Chascomús frente a la tragedia”, afirmó Aldatz. El artista no olvidó a la familia de Nicolás, a quienes agradeció profundamente por su confianza y acompañamiento durante todo el proceso. “A Julia, Gus y Facu, mi apoyo y solidaridad. A sus compañeros y amigos, que dieron todo para hacer realidad este homenaje”, agregó.
Por último, el mensaje de justicia por Nicolás Riccardi resonó fuerte y claro. Este mural no solo es un tributo artístico, sino también un grito de justicia por un joven cuya vida fue arrebatada de manera violenta. “JUSTICIA POR NICO”, concluyó Aldatz, reafirmando su compromiso con la memoria de los que ya no están y con la lucha por la justicia.
Este proyecto, que reunió arte, educación, y solidaridad, quedó plasmado en una obra que habla no solo de la tragedia, sino también de la capacidad de la comunidad para transformar el dolor en un acto colectivo de creación y esperanza.