La provincia de Buenos Aires cuenta a lo largo y ancho de su territorio con 969.752 hectáreas de bosques nativos distribuidos en cinco tipos: caldenal y monte, talares de barranca, talares del este, delta y bosques ribereños.
Estas formaciones, que son desconocidas para gran parte de la población, cumplen distintas funciones ambientales y se encuentran amenazadas por diferentes circunstancias como el avance de las fronteras productivas y construcciones urbanas.
En 2017 el Gobierno bonaerense promulgó la ley 14.888 que busca establecer criterios de protección para los bosques nativos de la provincia, mientras que en 2022 el Ministerio de Ambiente provincial aprobó a través de una resolución un “plan estratégico” en la misma línea.
En el “Plan Estratégico de los Bosques Nativos de la provincia de Buenos Aires” se explica que estos territorios “cumplen un rol innegable como reservorios de biodiversidad” y que la falta de conciencia sobre existencia “es una de las principales amenazas que atentan contra su supervivencia a largo plazo, en un contexto histórico de avance no sustentable de las fronteras agropecuaria, minera y urbana”.
Además, se detalla que “con excepción del caldenal y monte, que abarcan alrededor del 90% de los bosques nativos de la provincia, el resto de las formaciones tienen un carácter restringido, aspecto que requiere una especial atención para su manejo y conservación”.
¿Dónde están y cómo son?
Delta
En el norte bonaerense está gran parte del Delta del Río Paraná (que también alcanza a las provincias de Entre Ríos y Santa Fe). Este incluye a los distritos de San Nicolás, Ramallo, San Pedro, Baradero, Zárate, Campana, Escobar, Tigre, San Isidro y San Fernando.
El territorio está conformado por zonas inundables con numerosos cursos de agua e islas. “El delta paranaense se caracteriza por presentar formaciones boscosas denominadas también como Monte Blanco, por poseer las cortezas de sus troncos de tonalidades claras”, señala el documento provincial.
Entre las especies vegetales representativas de la zona están laurel criollo, el laurel de río, el tarumá, la anacahuita y el seibo. Asimismo, también alberga unas 170 especies de peces y más de 200 de aves, además de otros animales como tortugas acuáticas, coipos y carpinchos.
Barrancas
También al norte de la provincia de Buenos Aires se encuentran los talares de barranca. Estas formaciones abarcan a los distritos de San Nicolás, Ramallo, San Pedro, Baradero, Zárate, Campana y Escobar, y ocupan una superficie estimada de alrededor de 3.600 hectáreas.
“Los talares de barranca son formaciones boscosas establecidas sobre una barranca (o acantilado inactivo) consecuencia de la acción del oleaje cuando el nivel del mar se encontraba más alto que el actual”, se explica en el “Plan Estratégico de los Bosques Nativos de la provincia de Buenos Aires” sobre el origen de este tipo de bosque.
Los talares de barranca están compuestos por distintas plantas. Allí hay talas, molles, chañares, ombúes y algunos tipos de algarrobos, entre muchos otros. En tanto, su fauna incluye diversas especies de tortugas acuáticas, el lagarto overo, el hurón menor, el gato montés y más de 200 especies de aves.
Parte de estos bosques están protegidos por el Parque Nacional Ciervo de los Pantanos y algunas reservas municipales y privadas.
Este
Los talares del este son formaciones relacionadas a las costas del Río de la Plata y del mar bonaerense entre la zona de Magdalena y Mar del Plata. Están ubicadas en líneas de conchilla sobre la llanura, entre el mar y la ruta 11.
Sus orígenes también están vinculados al ingreso del océano sobre tierra hoy continental, hace miles de años atrás. “Cuando el mar fue retrocediendo fue dejando líneas de conchilla. En esas líneas de conchilla es donde se depositan los talares de la zona”, le dijo tiempo atrás a DIB el guardaparques Leonardo Cremaschi, de la Reserva Natural El Destino de Magdalena.
Entre la flora de estos talares está el tala, el coronillo, la sombra de toro y el molle. Asimismo, se destaca la endémica ombustillo, una especie que sólo está presente en sectores cercanos al Río de la Plata y que se encuentra en peligro crítico de extinción.
En cuanto a la fauna, se pueden encontrar diversidad de aves y distintos mamíferos como el tuco tuco del talar, el peludo y los armadillos mulita y piche llorón. También se hallan la mariposa bandera argentina (que depende del coronillo para vivir) y la zona de la bahía de Samborombón alberga al venado de las pampas (también en peligro de extinción).
Ribereños
En las zonas cercanas al Río de la Plata hay sectores de bosque ribereño. Estos abarcan a distritos del conurbano sur como Avellaneda, Quilmes, Berazategui, Ensenada y Berisso, y llegan hasta Magdalena y Punta Indio.
En el “Plan Estratégico de los Bosques Nativos de la provincia de Buenos Aires” se explica que los bosques ribereños constituyen “selvas marginales o en galería caracterizadas por una formación tipo selvática y definida por el factor humedad” y que “cumplen un rol fundamental en la protección de la planicie costera frente a las inundaciones provocadas por lluvias y sudestadas”.
Entre las especies vegetales, están el laurel, el mataojo, el blanquillo y el tarumá, mientras que entre su fauna se destaca la mariposa ochenta, la yarará grande, el lagarto overo y la choca corona rojiza, entre otros.
Caldenal
Finalmente, al sudoeste bonaerense se encuentra el caldenal y monte, formaciones que abarcan a los distritos de Púan, Villarino y Patagones, y en menor medida a Adolfo Alsina, Tornquist y Bahía Blanca.
En este territorio abunda el árbol caldén, acompañado por otros como el algarrobo dulce, chañar y molle, y arbustos como el piquillín, la tramontana y la jarilla. En cuanto a la fauna, están presentes el puma, el gato montés, el zorro gris, la comadreja overa y la vizcacha, guanacos y especies de aves residentes y visitantes. (DIB) MT