Por Gastón M. Luppi, desde Tokio
Cecilia Carranza y Santiago Lange ganaron la “medal race” de la Clase Nacra del yachting, una sensación extraña para ellos, que se retiraron de los Juegos de Tokio con una victoria en la final, aunque llegaron a esta ya sin chances de medalla.
Los abanderados argentinos se quedaron con la última regata con un tiempo de 18m36s, sumaron dos puntos y culminaron en el séptimo puesto (diploma olímpico) con 77 unidades. Los medallistas fueron los italianos Caterina Banti y Ruggero Tita (oro, 35 puntos), los británicos Anna Burnet y John Gimson (plata, 45) y los alemanes Alica Stuhlemmer y Paul Kohlhoff (bronce, 63).
Al término de su participación, Lange dio cuenta de una mezcla de sentimientos, producto de haber ganado la última regata pero, a su vez, de haber competido en ella ya sabiendo que el objetivo para estos Juegos no estaba cumplido. Y también sus sentimientos respecto de que esta regata pudo haber sido la última olímpica para él. En ese punto, a un mes de cumplir 60 años advirtió que aún no es momento de tomar decisiones, hizo hincapié en que hay otras cosas que le ocupan -como ser abuelo- y a su vez puso la necesidad de ser competitivo como condición “sine qua non” para una posible continuidad de cara a los Juegos Olímpicos de París 2024.
“Siento una alegría enorme, por nosotros y por todo nuestro equipo; por los argentinos, por todos los que nos vieron”, le dijo Lange a la Agencia DIB en Enoshima, la sede de las competencias de vela. “Uno tiene que ser egoísta ahora, ¿no? ‘Ceci’ y yo nos dimos el gusto de terminar ganando en lo que puede ser el final de un ciclo”, completó el campeón olímpico de Río 2016.
Por su parte, para la rosarina Carranza “es un regalo hermoso haber ganado esta regata”. “Fue habernos demostrado lo que somos capaces de hacer. No lo pudimos hacer durante la semana y ya tendremos que ver bien por qué. Obviamente estoy triste por no haber podido cumplir con el objetivo que teníamos, que creo éramos capaces pero no lo supimos hacer. Ahora a volver a casa, a disfrutar un poquito de la vida personal, y de todo lo que dejamos de lado en este año que fue muy duro”, le dijo a DIB.
El tercer día de competencia, Carranza sufrió una dolencia en su espalda que le impidió navegar a la par de su compañero; fueron 6º, 14º y 10º. Sin embargo, tanto ella como Lange coincidieron en que no fue solo aquella lesión la que les impidió una mejor performance. “Hoy por suerte pude correr al 100%, a pesar de que a la mañana todavía tenía molestias en el sacro. Mi kinesiólogo y los doctores del Comité hicieron un trabajo increíble. Obviamente, el tercer día del evento fue muy duro, corrí bloqueada de la espalda y nos bajó mucho la performance. Y el último día, si bien corrí mucho mejor, no corrí al 100%”. Sin embargo, “eso no es lo único que sucedió esta semana, me parece que hubo otras situaciones que las tendremos que analizar y eso hay aceptarlo”, analizó.
En esa dirección, Lange, ganador de una medalla de oro y dos de bronce en siete Juegos Olímpicos, explicó cómo llegaron a este torneo, en el marco de la pandemia, y del poco tiempo que tuvieron para entrenarse en Japón. “Desde que llegamos acá el barco no anduvo rápido y tuvimos muy poco tiempo para corregirlo. Si hubiésemos tenido un mes, estoy segurísimo de que lo hubiésemos corregido, porque terminamos los últimos entrenamientos a la par de los italianos (oro) y los ingleses (plata). Pero en todo el torneo no logramos la velocidad del barco que tenían ellos. No lo pongo como excusa, para nada, no soy una persona de dar excusas, pero estoy convencido de que eso fue algo muy importante para lo que fue nuestro rendimiento en este Juego”.
“Fue un ciclo difícil pero todo el equipo tenía ganas de enfrentar esas dificultades y la verdad que todo el equipo dejó todo para poder llegar bien preparados y teníamos confianza de que lo podíamos hacer”, retomó la palabra Carranza, quien dijo sobre la postergación de los Juegos el año pasado: “En términos personales hubo que postergar cosas y fue una decisión tomada, y tomada con alegría… Valió la pena, siempre vale la pena. Para adelante ya veremos, pero hemos trabajado muy duro y este ciclo valió la pena”.
La vela sin medallas
A modo de cierre, y por primera vez en la charla, Carranza y Lange mostraron pareceres distintos. Es que la vela se retiró de estos Juegos con tres diplomas olímpicos (el de ellos, el de Victoria Travascio y Sol Branz y el de Facundo Olezza), pero sin medallas por primera vez desde Atlanta 1996.
Opinó Carranza: “Como deporte, tener tres equipos en una final olímpica sigue siendo muchísimo. Dos puntos no son nada (son los puntos que separaron a Travascio y a Branz del podio), los tres equipos teníamos posibilidades de estar bien alto y eso es muchísimo para nuestro deporte. Lamentablemente después se terminan contando solo las medallas, pero un diploma olímpico es muchísimo”.
En cambio, Lange se echó sobre sus espaldas la responsabilidad: “Me da tristeza saber que la vela no llevó una medalla más para Argentina. Soy más duro conmigo mismo. Yo sentí una gran responsabilidad, pero la sentí siempre, desde mi primera medalla que ganamos con ‘Camau’ (Espínola) en 2004. ‘Camau’ venía de ganar dos medallas y yo era su compañero nuevo y sentía una obligación de ganar una medalla. Cada Juego Olímpico sentí esa obligación que me motivó muchísimo. Y una gran responsabilidad. Hoy siento impotencia, tristeza, de no haber cumplido la responsabilidad. Un poco lo que dijo Paula Pareto, casi que me dan ganas de pedir perdón. Me da bronca: tuvimos todo, tuvimos la posibilidad, hicimos lo que teníamos que hacer para una medalla y no se dio. Obviamente no me voy a matar por eso, pero es una responsabilidad muy grande de nosotros como deporte ganar una medalla, no lo hicimos y eso no me gusta”. (DIB) GML