Por Carlos Alvarez Correa (*)
[email protected] – @la.voz.del.productor
Habría dos compromisos para garantizar la producción: el primero, que el precio de “derrame” llegue a los productores y dejen de vender por debajo de los costos. La Secretaría de Agricultura va a controlar, que “los productores” se vean beneficiados en el precio que se les paga. Segundo que el precio de la góndola de la leche y sus derivados, no sufra aumentos los próximos 90 días para que la gente, cuando vaya a comprar leche, queso crema, queso duro o todos los derivados de lácteos, yogur, se encuentre con los mismos precios.
Estas medidas que pasan desapercibidas son trascendentes, primero porque se da en el sector más golpeado de la cadena alimentaria, que es la cadena láctea, que según las principales entidades del rubro, las empresas de productos de leche y sus derivados, pierden a razón de 5.700 millones de pesos mensuales con endeudamiento. Ya desaparecieron 4093 tambos desde el año 2002.-
Por tal, dos llamados de atención para el resto de las cadenas alimenticias, no tanto la cadena de granos, ya que la exportación granaria está en manos de empresas multinacionales como Bunge, Dreyfus, Colfo, pero si principalmente a la cadena de carnes. Todavía los actores son en gran parte nacionales y por tal es posible actuar con responsabilidad empresaria para enderezar las asimetrías. Decimos por tal que el primer llamado de atención, es que para eliminar las retenciones a la exportación, no deberemos esperar la desaparición de productores agropecuarios, ni esperar a concentrar en pocas manos la cadena. Y segundo y más importante llamado de atención, es que no existe ninguna garantía para que los beneficios lleguen finalmente al productor aunque se eliminen las retenciones.-
Por tal es necesario esperar como evoluciona el precio al consumidor y si llega al productor el beneficio de la exportación. Eso vale en esta esta experiencia de 90 días.-
A ello le debemos sumar que esta semana se desplomó el valor de la hacienda en pie. Los novillos de un valor aproximado de $ 950 en el mes de agosto de 2023, fueron descendiendo hasta el desplome de ésta semana a $ 717, un 25 % menos.-
Nos preguntamos: Y ahora? Las Cámaras Frigoríficas que decían que la carne aumentaba en góndola, por el precio de la hacienda en píe, no tendrán argumento para no bajar el precio de la carne según su propio razonamiento. Debiera bajar el precio de la carne al consumidor. Pero por desgracia la historia marca que ni los frigoríficos ni los supermercados jamás bajan los precios de la carne y leche al consumidor.-
Por tal esta semana, ni la leche ni la carne debiera aumentar, solo la responsabilidad de los industriales y comercializadores (usinas, fabricas lácteas, Feed lot, Frigoríficos y Supermercados) marcará hasta donde llega esa responsabilidad.-
(*) Periodista agropecuario