Por Carlos Alvarez Correa
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Estas semanas vivimos un período de pocas lluvias. En los últimos 20 días llovieron no más de 20 milímetros en promedio. Hace falta agua en los campos. Por tal el productor que piensa en la campaña de siembra -que comienza ahora en este mes- tiene incertidumbre.
La perspectiva agroclimática para la semana del 27 de septiembre al 2 de octubre en la Argentina, comenzaría con temperaturas por debajo de lo normal debido a la entrada de aire polar en los días precedentes. Y el Servicio Meteorológico Nacional solo pronostica algunas precipitaciones de entre 1 y 10 milímetros.-
Efectivamente el productor que siembra, como el que produce terneros o novillos en la zona, sabe que todo el riesgo es de él. Si llueve o no llueve, herbicidas, fertilizantes, semillas y gas oil, los tiene que pagar igual. Los ganaderos saben que si no hay pasto, la hacienda en primavera no queda preñada o sus novillitos no engordan, pero las costosas campañas de vacunaciones antiaftosa de las burocráticas Fundaciones Antiaftosa, como los insumos veterinarios, también los tienen que pagar igual, aunque sus vacas no produzcan terneros o kilos de carne según el caso.
El productor – a pesar de su silencio como el de las entidades del campo en este tema – sabe que él, es el dueño del riesgo en toda la cadena de producción de granos y carne.
Por ello, se ven alguna acciones de prudencia en el productor, que lógicamente tendrán consecuencias en la producción nacional. Se ven lotes de cultivo que antes los producía el productor que ahora son dados en alquiler a pooles de siembra. También cambios de cultivo de la soja o maíz al girasol que requiere menos humedad y lluvias, disminución de superficies sembradas. Esas son las evidencias, que demuestran que muchos productores todavía tienen el fantasma de la sequía en la cabeza. Es admirable ver a pequeños chacareros que aún así arriesgan su capital para tratar de recuperar lo perdido en el último año.-
Pero los ganaderos se llevan todos los premios de la incertidumbre. Otra semana de desplome del precio de la hacienda en pie. Los terneros de 180 kg, pasaron la ultima semana de $ 940 el kg, a $ 922 kg, y los novillos pasaron de $ 780 a $ 714, con un leve repunte el día viernes pero que no modificó la tendencia a la baja del precio de la hacienda en pie. La hacienda hace más de un año que no acompaña ni siquiera a la inflación sin importarle a nadie de la cadena de carnes.
De esta manera el productor ganadero ve como bajan los precios en los remates de su hacienda, y ve también como los Feed Lot, Frigoríficos y Supermercado, no bajan los precios en las góndolas, aumentando sus ganancias a costa del productor.
Por tal el ganadero, es el rey de la incertidumbre¡ Le empieza a faltar el pasto para esta primavera, encima no se modifican los precios de la hacienda. No tiene un estímulo futuro. Es más sabe que lo maltratan y ningunean en la cadena de carnes.
Y finalmente la “entidad declarativa”, CARBAP, Confederación de Asociaciones Rurales de la Provincia de Buenos Aires y La pampa, – siempre preocupada más por criticar a los gobiernos que a las distorsiones de las cadenas alimenticias-, encendió una luz de alerta, tras conocerse el Presupuesto 2024 elevado por el Poder Ejecutivo al Congreso, donde se le dio al Poder Ejecutivo, la posibilidad de quitar la exención del impuesto a los bienes personales cobre los inmuebles rurales. CARBAP dijo: “la capacidad contributiva del sector esta agotada”.
Efectivamente sería como cobrar bienes personales a una fábrica que produce. Los campos son vienen productivos no personales para uso y goce, se produce y trabaja en ellos.- Por tal, en las tranqueras la palabra incertidumbre reinó esta semana. Amenaza de sequía, baja de hacienda en pie y posibilidad de aumento de la carga fiscal.
El silencio expectante igualmente no interrumpirá la fuerza que tiene el “hombre de campo”, que su incertidumbre la transforma en producción siempre.-