En este sentido, tras varios años, comenzaron a ampliar las vías ferroviarias hacia otros puntos como Dolores, Maipú y Ayacucho. Para ese entonces, llegar a Buenos Aires llevaba cerca de 4 horas y media, lo que significó un gran avance, ya que antes, sin el ferrocarril, se demoraba alrededor de 24hs.
Con este progreso tecnológico, la ciudad comenzó a crecer con sus negocios comerciales; la hotelería, la llegada de lana, el ganado, las semillas, entre otros productos. Estos aprovisionaban al sector del campo y a la industria representada por el saladero, derivado de la actividad ganadera.
El ferrocarril, a pesar de que tenía un gran costo de infraestructura, tanto en inmuebles, como vías, estaciones, casas, garitas, entre otras, daba ganancia asegurada. Fue la base del progreso social, económico y de manejo empresarial. De esta manera, se introdujeron las prácticas financieras y comerciales del capitalismo. También, el camino de hierro era fundamental para la ampliación de los territorios productivos y la política.
Cabe recordar que el tren pasó por Chascomús hasta diciembre 2014. Actualmente el emplazamiento presenta su arquitectura fundacional casi intacta desde 1875, que es la fecha de una de las fotografías existentes más antiguas de la estación.
En este edificio se emplaza también el Museo y Archivo Ferroviario Estación Chascomús, donde se puede visitar la Sala Museo, ubicada en la sala de espera, donde se resguardan los objetos propios de la estación y de otras estaciones cercanas.
Actualmente, el espacio se denomina Centro Cultural Municipal Vieja Estación, y se utiliza para realizar todo tipo de actividades, entre ellas: cursos, talleres artísticos, audiovisuales, exposiciones temporarias y cierre de talleres.
1865 – Chascomús Punta de Rieles – 1874
Por Horacio Giambroni
Las historias de CHASCOMÚS PUNTA DE RIELES Y EL FERROCARRIL SUD, se entrelazan con una modalidad inversa a las historias de gran cantidad de ciudades a las cuales dio origen el ferrocarril. Esta aseveración, surge de la lectura del libro de William Rogind: “La Historia del Ferrocarril Sud”, en los considerandos para obtener la concesión, se tenía en cuenta la necesidad de acercar los productos agrícolas ganaderos que servían para el consumo de la gran metrópolis.
Se consideraba imprescindible, que se creara un “camino de hierro” entre Chascomús y Buenos Aires a los efectos de que esos productos llegaran más prontamente a la ciudad. Estos fueron los fundamentos por los cuales se solicitó, al gobierno recién constituido del país, la autorización para la creación del “Ferrocarril del Sud”.
En menos de seis meses, el ferrocarril llegó a Chascomús convirtiéndola durante 9 años en punta de rieles, esto significó para el pueblo un espaldarazo económico social e institucional de trascendente importancia. Reemplazaba las antiguas carretas y diligencias que por trabajosos caminos la unían a la gran ciudad tras tres o más días de cruel travesía, por un “camino de hierro” que en menos de cuatro horas la ponían al alcance de todos los adelantos de la moderna gran ciudad. El primer tren llegó a Chascomús el día 15 de diciembre de 1865.
Para Chascomús, el hecho de ser punta de rieles le significó un avance fundamental en todos los sentidos: institucional, comercial, industrial, cultural, nuevas formas de transporte; todos los medios de alrededor convergieron sobre la misma. El ferrocarril obtuvo todos los envíos hacia la ciudad y por otro sentido las carretas, diligencias y mensajerías tuvieron como punto de partida a Chascomús. Partían hacia el sur, este y oeste de la provincia en su faz conocida, nuevas formas de comercialización de los productos zonales, como: ganado en pié, tasajo, leche, manteca, trigo, maíz, lana, corderos y un sinnúmero de productos que los pueblos vecinos volcaron hacia Chascomús, que tenía una comunicación con la gran metrópoli casi inimaginable hasta ese entonces.
INSTITUCIONALMENTE: Todas las instituciones tuvieron un despegue fundamental. En la década siguiente, recibió el nombramiento de ciudad el día 14 de julio de 1873. Su relación con el poder central, adquirió mayor envergadura a raíz de este nuevo medio de comunicación.
Los hechos a nivel nacional tuvieron un reflejo para nuestro pueblo, ya por entonces la ciudad, debido a los enfrentamientos entre porteños y provincianos, en cuanto a definir la situación de la capital del país y el lugar físico de la capital de la provincia, lo que derivó en que se estudiara la posibilidad de designar a Chascomús como capital provincial. Esta idea se fundamentaba en que hubo un proyecto hacia mediados de la década del 70, de establecer tres grandes partidos en la provincia: el del norte con cabecera en San Nicolás; el del centro con cabecera en Lujan o Mercedes y el del sur en Chascomús. Comunico que tuve en mis manos, los planos de esa época en que las tres ciudades figuraban en un círculo y unas líneas ya demarcaban los partidos.
Así era la trascendencia de la ciudad, que luego fue relegada por la fundación de la ciudad de La Plata en el año 1888.
COMERCIALMENTE: El hecho fundamental que vigorizó a la ciudad, fue que todos los partidos y pueblos vecinos comenzaron a enviar sus productos hacia el ferrocarril. El ganado en pié de trabajosos rodeos, encontró en los vagones una salida inusual. Lo mismo ocurrió con los tambos que en pocas horas sus productos estaban en la gran ciudad; la manteca refrigerada llegó al puerto con punto final Europa (Gándara y la estancia de Santa Ana fueron los pioneros).
Los granos fueron la vedette de esos tiempos. El ferrocarril adecuó sus siglos y galpones con su experiencia de Europa. El trigo, el maíz, el girasol y los lanares comenzaron a ser tenidos en cuenta por los hacendados de la zona. Los productos de granja: verduras y hortalizas, jamás pensaron en llegar a Buenos Aires en cuatro horas. Hoy es posible que todo esto nos parezca algo inimaginable, pero es necesario situamos en ese momento para ver lo que significó para todos esos pueblos la llegada del ferrocarril. Tengamos presente que la historia, testigo implacable y a veces cruel, nos habla que aviesos malones azotaron el Rincón de López cerca de pocas leguas de Chascomús hacia el año 1870 y que recién el General Mansilla pusiera fin expulsando a los indios entre 1874 – 1878.
Con la misma trascendencia el comercio de la ciudad tomó un vuelo inusitado. Cambió la vida y costumbres de sus habitantes. En cuatro horas y pico, en tren y tranvía de caballos mediante, el centro de la gran metrópoli estaba a su alcance. Las grandes tiendas y comercios los encandilaban con sus vidrieras y escaparates con la moda europea.
Los diarios de Chascomús en sus avisos de esos negocios porteños, las damas y señoritas podían estar a la última moda de París, Londres o Madrid. Hoteles, restaurante y confiterías ofrecían sus servicios de nivel internacional y hasta se podían degustar masas de la confitería “Del Gas” con sólo encargarlas.
El pueblo recibía artistas de jerarquía nacional e internacional. Operas y zarzuelas eran de rigor. Compañías de teatro eran recibidas con gran éxito, algo que habrá parecido desusado para ese entonces, aunque para nosotros hoy parezca obvio.
Los diarios de Buenos Aires se podían leer pasado el mediodía. Los avisos de los diarios de Chascomús estaban por igual que los comercios zonales; las bondades de los productos que se vendían en la gran metrópoli eran vendidas en nuestra ciudad. Desde calmantes mágicos a polvos para curar la sama; aperitivos para abrir el apetito hasta mosquiteros infalibles para los insectos.
El ferrocarril puso al mundo entero y moderno a manos de Chascomús. Todo sucedía al unísono con Buenos Aires; quien no lo entendiera así, estaba “demodee”. Hasta se hablaba en usos de Francia…. de acuerdo a las costumbres porteñas finiseculares.
No podía faltar la necesidad de alumbrar las calles. El ing. Rafael Chinchilla logró autorización para reemplazar los vetustos faroles de cebo, por otros modernos de gas de kerosene (según leemos en la página 21 del libro “Chascomús entre dos siglos” de la historiadora Alicia Lahourcade). Con el alumbrado público, la ciudad fue mejorando su forma de vida, el ferrocarril le dio una mejor comunicación, su campo y su comercio comenzó a figurar en los planes de los hombres con inquietudes.
LAS COLECTIVIDADES EXTRANJERAS Y SUS INMIGRANTES: El pronto acceso ferroviario y un campo que llamaba a su explotación, fomentó la llegada de una cantidad enorme de extranjeros; se llegó a denominar “el paraíso de las colectividades extranjeras”.
Para Chascomús resultó un pilar fundamental en su desarrollo, entre esos hombres que tenían acceso a la ciudad, que más se adentraba en la pampa que ellos venían a buscar, había granjeros, chacareros, peones, etc., pero también profesores, músicos, albañiles, maestros, políticos y dirigentes obreros que aportaron todos sus conocimientos que traían de una Europa castigada y que aquí encontraron un fértil lugar para desarrollar todas sus inquietudes.
Muy pronto, incorporaron a las costumbres lugareñas sus instituciones de origen. Los españoles crearon su “Sociedad Española de Socorros Mutuos”; los italianos constituyeron la “Unión Italiana de Socorros Mutuos”; los ingleses, escoceses e irlandeses de raigambre ganadera, se dispersaron más por el campo y como forma más cerrada de cuidar sus costumbres, crearon el Colegio Inglés.
Los franceses se destacaron por sus actividades en el medio hotelero, restaurantes y moda europea, además de crear su sociedad de socorros mutuos.
Todos con su experiencia, establecieron nuevas formas de convivencia y diversión, como ser: bandas de música, kermeses, romerías, ferias vascas, etc.. Además, crearon colegios especiales preservando los idiomas, nuevas formas de culto con sus templos religiosos y hasta un cementerio que crearon los irlandeses, conocido como de los “disidentes” que fue fundado el 16 de enero de 1878 y que debido a las pestes de la época, fue habilitado para todos sin distinción.
Este tema, roza las actividades del ferrocarril ya que el cementerio viejo de la ciudad quedó chico por esas pestes y hubo de ser trasladado pasando la laguna hacia el sur, unos 5 km., sobre las vías mismas del ferrocarril. Al suceder grandes crecientes y para los entierros de la gente pudiente, el ferrocarril ponía a disposición un furgón para efectuar las sepulturas en el cementerio nuevo.
Este movimiento inmigratorio influyó en los medios locales, fue así como se crearon instituciones “Damas de Caridad y Beneficencia” que fundaron el hospital de hombres (al unísono otras “damas de caridad” habilitaron uno para mujeres y niñas), por lo que Chascomús se daba el lujo de tener dos hospitales.
También, se crearon clubes deportivos y sociales. Todo esto, tenía especial resonancia en las comunidades extranjeras que pasaron a tener una influencia muy decisiva entre las autoridades de la época, ya que se nombraban entre los hombres más probos, un cónsul que los representaba ante las autoridades municipales y por informaciones de los diarios del momento, se entiende que sus puntos de vista eran muy de tener en cuenta.
COMUNICACIONES: Como venimos diciendo, el ferrocarril transformó las costumbres de Chascomús (Punta de Rieles). Todos los pueblos vecinos con sus paisanos, peones, etc. traían mercaderías a la Plaza del Progreso que se encontraba frente a la estación, que luego se llamó (como lo sigue siendo en la actualidad) Plaza Sarmiento.
Carretas, diligencias y mensajerías tomaron a la ciudad como punto de cargas y partidas hacia el sur del país. La “plaza de la estación” como generalmente la llamaba la gente, fue un hormiguero de personas; en su entorno se desarrollaron fondas de comidas, lugares donde quedaban los peones esperando a su “patrón” volver de la gran ciudad; diversiones en canchas de pelota; diversiones “non santas” en fondas de dudosa moral; hoteles de mejor calidad donde hacían noche los hacendados para seguir al otro día camino a sus campos.
El ferrocarril, fue el motor de todo este progreso que representó para Chascomús ponerse en la avanzada de las comunicaciones terrestres que iban hacia el sur del país, sendas que llevaban hacia Dolores, Azul, Ayacucho, Monsalvo, Vecino, el Tuyú, el Ajó, Rauch, etc. llegando como camino hacia Bahía Blanca o la Ballenera en Sierras de los Padres. Como detalle para tener presente, hablamos de los años 1865 al 1874 por lugares que también andaba el indio, allá por el Tandil y las Sierras de la Tinta. Es por eso que queremos resaltar el verdadero valor de estas actividades que comunicaron pueblos de nuestra Patria, llevando noticias, cultura y progreso. La actual ruta 2 con su doble vía y sus peajes cuestionados, nos hace perder el horizonte de lo que queremos hacer notar. Tuvieron que pasar 75 años desde 1865, para que se pusiera el “macadam” y llegar a ser un camino menos azaroso y útil que el de principios de siglo. Recién a partir del año 1939 pudo prestar un servicio regular de utilidad para la gente de Chascomús. Hasta esos momentos, nuestro querido Ferrocarril Sud fue la columna vertebral de todo progreso e inquietudes. Fueron años que todo se correspondió con este medio de comunicación tan fundamental para la historia del país. Recién con la llegada del automotor, en base a autos y camiones, pudo ser relegado el ferrocarril a un lugar que a la distancia me parece injusto. Es que el tráfago en que se ha sumergido el siglo XX, lo ha desubicado en la real envergadura del que fue durante años su útil y glorioso “mettier”.
Por razones técnicas y de las “otras”, que no voy analizar hoy, su exitosa trayectoria se fue opacando y nunca se le reconoció todo lo que significó para la historia de Chascomús. Han sido muchas las generaciones que le deben agradecimientos desde su diaria vinculación con la gran ciudad, hasta todo el progreso que aportó al pueblo.
Me permito reclamar un acto de desagravio por todo lo que significó el Ferrocarril Sud para Chascomús. Con mis 69 años a cuestas y con 46 años de pasajero, quiero recordar una frase conocida: “pinta tu pueblo y pintarás el mundo” y esto me da pié para pensar que también el mundo le debe un acto de reconocimiento a nuestro “Caballo de vapor con coraza de fierro”.
El siglo XX con sus avances tecnológicos y nuevas fuerzas de comunicación como la aérea, la televisión, etc., han hecho entrar en un cono de sombras las reconocidas virtudes del ferrocarril.
El siglo XIX ha sido testigo del factor fundamental de esta forma de comunicación. Rusia con su Transiberiano; Europa con su Oriente Express; EE.UU. debe agradecer la unión este oeste gracias al ferrocarril. Lo mismo se puede decir de África y de la India. Inglaterra con sus pueblos comunicados en forma comercial, industrial o cultural pueden ser testigos, como muchos países de Europa, de lo que representó el ferrocarril para su progreso. Desde 1820 hasta entrando el siglo XX (casi la década del 40) todas las vías de comunicación estuvieron dominadas por el sistema ferroviario.
Sí se llegara a decir que la era atómica tiene su comienzo en 1945, nos correspondería decir que la era Contemporánea debe mucho de su progreso al ferrocarril.
Libros y fuentes consultadas:
“La Historia del Ferrocarril del Sud” de William Rogin – “Chascomús entre dos siglos” de Alicia Lahourcade -“Historias para mi pueblo” de Alicia Lahourcade – Diario “El Argentino” – Biblioteca Pública de Chascomús “Domingo F. Sarmiento”. •
Fuente: Rieles Latinoamericanos Nº 87 – Buenos Aires – Argentina