El empresario Cristian Arévalo, dueño de la línea 381, que conecta Ranchos y Chascomús, sigue a la espera de que se resuelvan una serie de trabas burocráticas para poder poner en marcha la esperada línea 527, que recorrería la ciudad de Chascomús de norte a sur. Sin embargo, a pesar de la incertidumbre que rodea el proyecto, Arévalo reconoció en una entrevista con FM por Siempre 97.3 que, incluso si se aprueban los trámites administrativos, actualmente no cuenta con los medios necesarios para poner en funcionamiento la nueva línea de colectivos.
El empresario aclaró que la falta de recursos y la necesidad de contar con vehículos adecuados para este servicio son factores clave que siguen frenando la puesta en marcha del proyecto. A esto se suma una cuestión fundamental: las decisiones del Concejo Deliberante de Chascomús, que deberá evaluar la viabilidad del servicio en una ciudad que, si bien ha crecido considerablemente en los últimos años, no cuenta con una extensa red de transporte público urbano.
En ese sentido, Arévalo señaló que la ciudad tiene sus particularidades, y aunque la implementación de un servicio de colectivo dentro de Chascomús podría ser beneficioso, también implica un aumento en el presupuesto municipal. De hecho, en ocasiones anteriores, se intentaron implementar proyectos similares con el respaldo económico del Estado local, pero todos fracasaron debido a la falta de demanda o al fracaso en la gestión del servicio.
“Si bien la ciudad ha crecido, ciertas costumbres no cambian, y hay que tener en cuenta si la demanda real justifica el costo de un sistema de colectivos urbano”, indicó Arévalo, quien insistió en que la situación sigue dependiendo de los trámites burocráticos y la disponibilidad de recursos para que el proyecto sea viable.
Por el momento, la línea 527 sigue sin fecha de inicio y con varios obstáculos por superar, entre ellos, la evaluación económica y las definiciones políticas del municipio.