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sábado, noviembre 9, 2024

La Casa Curutchet, la máxima joya de la arquitectura moderna en La Plata

Fue proyectada a miles de kilómetros de la capital bonaerense por Le Corbusier. Tardó seis años en construirse. Es un edificio que a primera vista resulta raro, y que constituye la Meca de turistas, curiosos y profesionales de todas partes.

Por Marcelo Metayer, de la Agencia DIB

En un pequeño boulevard frente al Bosque de la ciudad de La Plata se levantan tres casas muy llamativas. Una de ellas es una propiedad de la época de la fundación de la ciudad, a fines del siglo XIX. Otra fue diseñada por el famoso arquitecto Andrés Kálnay. Pero la que está entre esas dos es la que atrae todas las miradas. Es el centro de una peregrinación constante de turistas, curiosos y profesionales, que buscan descifrar los mensajes que dejó en su diseño quien fuera el arquitecto más influyente de la segunda mitad del siglo pasado. Por supuesto, se trata de la Casa Curutchet, creada por el suizo-francés Charles-Édouard Jeanneret-Gris, es decir, Le Corbusier. Fue delineada por encargo para un médico platense y de su construcción se encargó nada menos que Amancio Williams, el artífice de la Casa sobre el Arroyo de Mar del Plata. La Casa Curutchet, por lo tanto, constituye una joya de la capital bonaerense a la que todo arquitecto acude, cual Meca sudamericana, al menos una vez en su vida.

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En la danza de nombres que sobrevuelan esta historia, el primero que aparece es el doctor Pedro Domingo Curutchet. Nacido en Las Flores en 1901, se radicó en la ciudad de La Plata y egresó con el título de médico de la Universidad Nacional de La Plata en 1929.

Curutchet no era un médico cualquiera. Amaba la música y las artes plásticas, y llegó a ser amigo del pintor Emilio Petorutti. A principios de la década de 1930, tras un fallo que consideró injusto en un concurso académico, se fue de La Plata para radicarse en Lobería, donde ejerció la medicina durante casi 20 años, según explica un excelente texto del sitio Tecnne.

Mientras tanto, se dedicó al diseño y desarrollo de instrumental quirúrgico y el mejoramiento de las técnicas de intervención.

De todos modos, seguía viajando con frecuencia a la capital bonaerense para asistir a eventos culturales y científicos. Allá por 1948 decidió radicarse de nuevo en la ciudad y compró un terreno frente al Bosque. El lote tenía una forma particular, un rectángulo con el frente cortado cuyos lados medían 10,30 metros (m), 17,30 m, 22,65 m y 8,75 m.

El lote de Pedro Curutchet con las medidas actuales según la web de ARBA.
El lote de Pedro Curutchet con las medidas actuales según la web de ARBA.

Una carta a Europa

Curutchet quería aprovechar ese espacio tan raro con una obra moderna. Y decidió escribirle a Le Corbusier, que un par de décadas antes había presentado un proyecto para transformar la Ciudad de Buenos Aires llamado Plan Director. Este trabajo de transformación territorial tuvo su origen en el proyecto Citte des Affaires, un conjunto de edificios sobre una plataforma en el Río de La Plata que presentó en una de las conferencias que brindó en 1929 durante su viaje a la Argentina.

El genial arquitecto, que influyó en prácticamente todas las generaciones de profesionales que lo siguieron, estuvo en La Plata en aquella visita y quedó encantado con el Bosque. Y por eso, entre otras razones, aceptó la tarea que le propuso el médico. Claro que al suizo-francés le interesaba, sobre todo, poder implantarse en Argentina con aquel Plan Director.

El arquitecto nacido en Suiza y luego nacionalizado francés Le Corbusier. (parametric-architecture.com)
El arquitecto nacido en Suiza y luego nacionalizado francés Le Corbusier. (parametric-architecture.com)

Curutchet pidió en su carta que la vivienda tuviera tres dormitorios con dos baños, un dormitorio de servicio con toilette, una sala de estar comedor y una cochera, además del consultorio con la sala de espera. Y, además, “el sol y el panorama deben ser incorporados a la casa”.

Le Corbusier aceptó prácticamente de inmediato. En su respuesta, dijo que iba a hacer un primer anteproyecto para que el médico le hiciera observaciones, y luego elaboraría un proyecto final. Y le dijo a Curutchet que “la realización de la obra será controlada por uno de mis amigos de Buenos Aires, que usted podrá elegir entre aquellos que le indicaré”.

Entre esos amigos, mencionó a “Amancio Williams, Carlos Pellegrini 1248 – Buenos Aires; Ferrari y Kurchan, Conesa 2141 – Buenos Ayres; Bonnet, arquitecto de Buenos Ayres y Montevideo; Gómez Gavazzo, profesor de la Escuela de Arquitectura de Montevideo”.

El médico acordó la dirección técnica de la obra con Williams, quien honrado por construir una obra de Le Corbusier, decidió no cobrar sus honorarios y solo exigió los gastos que demanda el traslado y el salario de sus asistentes.

Obras difíciles

El 1º de febrero de 1949, a través de un telegrama, Curutchet y Le Corbusier sellaron el vínculo definitivo para iniciar el proyecto. Y la casa fue totalmente diseñada en Europa, a muchos kilómetros de donde iba a levantarse. No era algo para nada raro, ya que muchos de los principales edificios públicos de La Plata fueron proyectados así.

No fue un camino fácil. Hubo tiras y aflojes entre el arquitecto y sus colegas encargados de la obra. Si bien comenzó a trabajar Amancio Williams, lo sucedió Simon Ungar. Pero ambos, según cuenta una nota de 0221 sobre la construcción de la casa, terminaron siendo echados por Curutchet. La vivienda tardó seis años en ser construida, costó mucho más de lo que se pensaba y cuando se instaló tenía goteras como cataratas. Pero Curutchet terminó contento, tal como lo reflejó en su última carta a Le Corbusier, donde le dejó en claro que, antes que nada, era su obra: “Esta es ´la casa de Le Corbusier´; me honra ser el propietario”.

Curutchet parado orgulloso frente a su casa única. (0221)
Curutchet parado orgulloso frente a su casa única. (0221)

La obra terminó siendo la única que lleva la firma del suizo-francés en toda Latinoamérica. Y su Plan Director, claro, jamás se llevó a cabo y Buenos Aires sigue siendo el caos de siempre.

Mojón histórico

La obra en el ahora llamado boulevard Le Corbusier es extraña a la vista, en una ciudad donde abunda la arquitectura Art Nouveau y Art Decó. Llama la atención su rampa que deviene en un “paseo arquitectónico”, y por un árbol especialmente plantado en el pequeño patio que articula el área de trabajo con la casa propiamente dicha. Todos sus ambientes principales y su exquisita terraza jardín tienen vista a la plaza adyacente y al Bosque de la ciudad.

Con los años, la casa se ha convertido en un ícono de la ciudad. La visitan turistas de todo el mundo que llegan especialmente a La Plata para verla, fotografiarla y examinarla.

Es protagonista de la película “El hombre de al lado” (2010), realizada por Mariano Cohn y Gastón Duprat con la actuación de Daniel Aráoz. Llegan periódicamente bandadas de croquiseros para dibujarla. Figura siempre como atracción en La noche de los museos platense.

La Casa Curutchet, “mojón histórico” de la arquitectura platense. (DIB | Foto del autor)
La Casa Curutchet, “mojón histórico” de la arquitectura platense. (DIB | Foto del autor)

Algunos dicen que más que una casa, es un muestrario o un catálogo de las ideas de Le Corbusier y sus “Cinco puntos de una nueva arquitectura” elaborados 1926: la planta libre, la terraza-jardín, los pilotis, la ventana longitudinal y la fachada libre. Como sea, constituye un hito de la ciudad, y la Sociedad de Arquitectos platense puso en la vereda una losa de granito que lo define todo: “Mojón histórico”. (DIB) MM

ViaDIB

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