El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, pronunció este lunes su discurso ante la Legislatura, en el marco de la apertura del 152° período de sesiones ordinarias, y aprovechó para cuestionar las políticas de ajuste llevadas a cabo por Javier Milei. Además puso en duda su participación en el denominado Pacto de Mayo, una especie de acuerdo que hizo el Presidente para todos los mandatarios.
“El extravagante experimento al que está siendo sometida la Argentina exige acciones extraordinarias del Gobierno provincial”, advirtió Kicillof en una de las primeras expresiones de su discurso en el que no se limitó a proyectar el informe de su gestión. “Confieso que me hubiera gustado iniciar esta segunda etapa en un contexto diferente. Estamos pasando por una circunstancia muy incierta y sombría”, alertó.
En un duro discurso y que duró más de una hora y media, puso una serie de condiciones para participar del “Pacto de Mayo” que propuso el jefe de Estado el viernes y que ya muchos mandatarios dijeron que participarán.
“Se nos lanza una invitación que se parece más a una amenaza o imposición que a un diálogo”, cuestionó Kicillof que apeló luego al sarcasmo. “Cuenten con nosotros para reuniones de trabajo, para encuentros destinados a solucionar problemas incluso para debatir. Pero si se trata de encuentros para fotos o marketing, arranquen nomás si no llegamos”, dijo Kicillof, quien puso una serie de condicionamientos.
Entre ellos están la “inmediata” reactivación de la obra pública “frenada caprichosamente” por el Ejecutivo, y el “respeto al federalismo y la inmediata reposición de los fondos vengativamente quitados a las provincias”. También que se devuelva los fondos del FONID que complementan los salarios docentes y recursos para los comedores escolares. Y en ese sentido lanzó: “Nuestro pacto es con el Pueblo, nuestro pacto es con la Patria y nunca lo vamos a traicionar”.
En el primer tramo del discurso, el gobernador apuntó contra las políticas desarrolladas en los primeros meses del Gobierno de Milei y advirtió: “Los problemas no se solucionan ni con motosierra, ni con dinamita ni con ajuste”.
Y agregó: “El presidente debe respetar a quienes democráticamente eligieron a sus intendentes, sus diputados y senadores, a todos sus representantes. Y eso es precisamente lo no está sucediendo: el Presidente no está respetando la voluntad de los bonaerenses y no está respetando a sus representantes y por lo tanto no está respetando a la provincia de Buenos Aires y su pueblo”.
Kicillof intentó quitarle a Milei el discurso del cambio. “No queremos que las cosas sigan como están. No somos el Gobierno de la continuidad, somos el verdadero Gobierno de la transformación”, se autodefinió el gobernador. Entonces pasó a las diferencias con Nación. “Pero esta voluntad de transformar no implica saltar al abismo o experimentar con recetas esotéricas, anacrónicas, importadas o fracasadas por impactantes que parezcan”, contrastó.
Y siguió con sus dardos apuntados hacia la Rosada. “Lo quiero decir con claridad: por decisión del Presidente, en base a su dogma ideológico, el Estado Nacional no sólo está aplicando un plan de ajuste tradicional y catastrófico, sino que está desertando de sus obligaciones más constitutivas, de sus tareas más elementales e irrenunciables. Estos 90 días nos dejan una primera enseñanza y advertencia: el Presidente Milei no quiere achicar el Estado, quiere desintegrarlo”.
Sin cambiar el tono, Kicillof se metió en la puja que mantiene el Presidente con los gobernadores. “Argentina es federal, así que Milei debe respetar a las provincias y a sus pueblos, eso implica cumplir leyes y normas, y dejar de extorsionar a los gobernadores para que aprueben leyes que lastiman los intereses de sus provincias. Juramos sobre la Constitución de la Provincia de Buenos Aires defenderla y hacerla cumplir. Eso haremos” sostuvo.
En compañía de la vicegobernadora Verónica Magario y los máximos referentes de Unión por la Patria, entre ellos Máximo Kirchner, cuestionó la definición presidencial de considerar al Estado una “organización criminal”. “Criminal es parar obras de cloacas, agua, vivienda, ruta; interrumpir de un día para el otro la transferencia de recursos que son para la seguridad, el transporte y la educación”, contrastó. Y remató ese pasaje con dureza. “El pueblo en la historia juzgará como imperdonable la indiferencia y hasta el goce sádico por el sufrimiento ajeno que estamos presenciando”, apuntó el bonaerense.
Para Kicillof no solo Milei aplica “un plan de ajuste tradicional y catastrófico” sino que “está desertando de sus obligaciones más constitutivas, de sus tareas más elementales irrenunciables”.
La ceremonia, pautada inicialmente para el viernes pasado, fue reprogramada por un pedido del gobernador, ante la posibilidad de que la Asamblea Legislativa local se superpusiera con la nacional, imposibilitando su participación en la ceremonia en el Congreso de la Nación, donde Milei habló el viernes a las 21. (DIB)