El regreso de Joaquín Tobio Burgos al estadio UNO no pudo haber sido más soñado. Tras superar una lesión, el joven talento de Chascomús volvió a pisar el césped para darle a Estudiantes de La Plata el fútbol que parecía haber extraviado. Con el equipo perdiendo 2-0 y sin ideas, el ingreso del extremo izquierdo a los 13 minutos del segundo tiempo marcó un punto de inflexión.
Desde sus primeros toques, Tobio Burgos comenzó a ordenar el ataque y a darle fluidez a un Estudiantes que, pese a contar con nombres de peso, no encontraba claridad. Sin embargo, su máxima obra maestra llegó con un tiro libre extraordinario que se clavó en el ángulo, dejando sin chances al arquero santiagueño y decretando el 2-2. Un golazo que encendió la esperanza en un estadio repleto.

Pero la influencia del juvenil chascomunense no se detuvo allí. Con la energía del empate y el envío anímico que generó, Tobio Burgos ejecutó con precisión quirúrgica un córner que encontró la cabeza de Arzamendia, quien marcó el 3-2 definitivo. La remontada estaba consumada y el protagonista indiscutido tenía nombre y apellido.
Elegido como la figura del partido, Joaquín Tobio Burgos demostró que su talento trasciende lo común y que su regreso no solo es una gran noticia para Estudiantes, sino también para el fútbol argentino. Su calidad y determinación lo colocan en otra dimensión, y su actuación ante Central Córdoba quedó grabada en la memoria de los hinchas como una noche inolvidable en La Plata.