Con la delicadeza de recibir de la mejor manera y mimar a los turistas que llegan a sus cabañas “Jumaluan” en Chascomús, Federico Scorians decidió agregar a los desayunos que ofrece, unas ricas mermeladas caseras, que luego se convirtieron en su emprendimiento alimentario.
“Tenemos cabañas y hacemos desayuno artesanal, hacemos medialunas y tortas, a veces, pan y ahí surgió la idea de hacer las mermeladas que servimos. Arrancamos así en muy pequeña escala. Luego compramos frascos y comenzamos a hacer más cantidad y pasteurizar la producción”, explicó Federico recordando los inicios.
Para el público exigente y que busca adquirir alimentos saludables, esta es la oportunidad de disfrutar de mermeladas caseras, “sin aditivos ni conservantes. Bien artesanales: solo fruta y azúcar. Sin Tacc”, comentó acerca de las bondades de su producto.
Las mermeladas “Malaleuca” tienen una amplia variedad de sabores. Hay para todos los gustos, desde los clásicos como frutilla, durazno, naranja, hasta los que son más difíciles de conseguir en las góndolas, como el tomate o calabaza. También algunos más sofisticados como la combinación de zanahoria y jengibre.
“En el intercambio con la gente nos va pidiendo nuevos gustos y, si podemos, los hacemos. Son tan naturales que no les agregamos ningún conservante artificial. Tienen materia prima de calidad, no utilizamos ningún producto que sea dañino para la salud como muchas de las industrializadas, que emplean conservantes”, mencionó Federico.
Y agregó: “Las hacemos en casa en frascos de 360cc y utilizamos algunas frutas de los árboles de casa o frutos de la huerta, y otras que adquirimos en el mercado de Chascomús”.
“Cuando nos acercamos a la Municipalidad, nos pusieron en contacto con el Ministerio de Asuntos Agrarios, y muchas más herramientas para poder mejorar y, en algún momento, aumentar la producción”, dijo confiado Scorians.
“En este sentido -prosiguió-, ya estamos terminando el acceso al programa PUPAAs (Pequeñas Unidades Productoras de Alimentos Artesanales), de la Provincia de Buenos Aires, así la rueda comienza a hacerse más grande y podremos promocionar el producto en distintos lugares de la provincia”.
Sin lugar a dudas, las mermeladas caseras Malaleucas son un tesoro, conservan las propiedades nutritivas y beneficiosas de los ingredientes originales, y llevan el cariño de los productos preparados con dedicación y amor.
Además, son las síntesis del esfuerzo y la perseverancia de un emprendimiento familiar, que Federico lleva adelante junto a su esposa Marcia, quien, fundamentalmente, se encarga de la promoción y venta.