Por Ximena B. Xiong
Luego de haber combatido los focos de incendios en la provincia de Corrientes, el bombero voluntario de Chascomús e integrante de la Brigada Forestal Bonaerense, Erik Álvarez, regresó a la ciudad lagunera el pasado domingo, 27 de febrero, junto con sus pares de la Región 4.
El arribo lo dio a conocer Bomberos Voluntarios de Chascomús, quienes publicaron: “Enorme orgullo poseemos de haber colaborado para solucionar la emergencia forestal, donde Chascomús participó en una tragedia en su primera vez desde la fundación”.
Tras los arduos días de trabajo para apagar los focos de incendio, el bombero Erik Álvarez dialogó con EL CRONISTA sobre lo que fue la convocatoria, la llegada a tierras correntinas y la lucha contra el fuego que consumió entre el 11% de la superficie.
A los 16 años ingresó a Bomberos Voluntarios de Chascomús y hace un año aproximadamente integra la Brigada Forestal Bonaerense, luego de haber realizado el curso del Plan Nacional de Manejo del Fuego.
Motivo por el cual, con la convocatoria de la Dirección Provincial de Defensa Civil, “en total fuimos 56 brigadistas de la Federación Bonaerense de Bomberos Voluntarios”, señaló Álvarez.
A la vez que agregó: “Hicimos campamento en el pueblo de Alvear, cercano a Santo Tomé, zona que se nos fue asignada junto con la Ruta 36, Ruta 14 y el Paraje Torrent. La zona estaba complicada. Cuando llegamos no se sabía si estaba soleado o nublado, era todo humo que estaba a la altura de la vista, no se veía el horizonte en ninguna parte”.
“Los encargados de la brigada salieron la noche en que llegamos a hacer una recorrida para ver las zonas. Generalmente no actuamos de noche por los riegos que conlleva el no conocer el terreno”.
Pero al ver el panorama, rápidamente se alistaron las cuadrillas. “Salimos a combatir los focos de incendios porque la gente estaba desesperada. Se encontraban solos con un fuego que estaba arrasando todo”, incluso “los vecinos hicieron cortafuegos, ya tenían armados tanques de agua donde mojaban cuero de cordero y lo apagaban con eso”, relató el bombero voluntario de Chascomús.
Y continuó: “El día sábado, 19 de febrero, estuvimos a full trabajando sobre la Ruta 36 porque la mayor carga de fuego descontrolado estaba ahí, en todos los sectores de forestación de pinos y eucaliptus. Eran hectáreas y hectáreas de montes”.
De los 35 kilómetros de la Ruta 36 que se vieron afectados por los focos de incendios “se lograron salvar 60 kilómetros”, comentó Álvarez. Asimismo, añadió que “entre medio de las forestaciones estaban las fincas de los dueños de los campos con las maquinarias y los animales. En la mayoría corrían riesgos las viviendas”.
Un martes, recordó Erik, que llegaron a proteger alrededor de cinco fincas debido a que “se lograron hacer todas las maniobras para que el fuego no rodee y así proteger las viviendas”.
“Entre el octavo día -prosiguió- antes de que comenzara la lluvia ya habíamos sofocado el último incendio que quedaba en nuestro sector. Se había dado por extinguido. Nos iban a reasignar a Santo Tomé, pero con la lluvia se logró sofocar y enfriar”, siendo un gran alivio para apaciguar las feroces llamas.
Ante la pérdida del 11% de la superficie total de la provincia de Corrientes, desde EL CRONISTA se le consultó al bombero chascomunense si en otras oportunidades combatió incendios de esas dimensiones.
En ese aspecto, respondió: “Los que fuimos a Corrientes nunca nos tocó incendios de estas magnitudes. Este año hubo dos incendios grandes por lo cual nos convocaron, uno en la provincia de Tucumán que logró ser controlado, y el de Aluminé (Neuquén) en la que acudieron compañeros de la Brigada Forestal, pero la magnitud de los incendios no era como el de Corrientes”.
-De regreso a casa
Luego de 10 días combatiendo el fuego, el bombero voluntario de Chascomús junto con sus pares de Ranchos y Sierras de los Padres emprendieron viaje hacia sus hogares.
Previo a ello, Erik Álvarez resaltó el buen trato que recibieron bomberos por parte de la población de la provincia afectada por los focos de incendios. “Ellos nos decían que éramos la salvación porque se encontraban solos y de golpe vieron que llegaron 54 brigadistas”, expresó el entrevistado.
Y añadió: “Los vecinos armaron grupos de trabajo. Había 30 personas que estaban para atendernos a nosotros. Veníamos y teníamos la comida preparada, agua, revisión médica. Fue toda una locura lo que se vivió allá”.
“Las personas cada vez que veían pasar un móvil salían de las casas para saludarnos y pararnos para darnos algo”, mencionó Álvarez sobre lo vivido desde que pisaron tierras correntinas hasta que salieron de ella.
“Cuando nos fuimos de Corrientes fue muy emocionante la vuelta que se hizo de despedida tanto en Santo Tomé como en Alvear y luego llegar cada uno a nuestras casas después de tanto tiempo afuera y lejos de la familia”, subrayó el joven bombero chascomunense.
Finalmente enunció: “Tener el recibimiento de todos nuestros compañeros como de nuestras familias fue muy emocionante”.