Los contenedores de color verde oscuro son destinados únicamente a la disposición inicial de los residuos que no se puede reciclar ni compostar, como servilletas, envases, colillas de cigarrillo, comida condimentada, huesos, lácteos, pañales y toallitas higiénicas.
Marino explicó que en ciertos sectores de la ciudad, las esquinas donde se ubican los contenedores se convierten en mini basurales debido al depósito de elementos como restos de poda, ramas, neumáticos y otros objetos que no pueden ser recogidos por el camión recolector.
“La gente quizás piensa que es mejor amontonar todo para que el camión pare una sola vez pero en realidad los otros tipos de residuos deben dejarse frente a cada vivienda para que sean retirados por otro vehículo. Hay muchos vecinos que lo hacen de buena voluntad pero termina siendo peor porque se generan focos infecciosos”, explicó el secretario.
Asimismo, advirtió sobre el peligro de dejar los contenedores con la tapa abierta, ya que esto podría facilitar el ingreso de animales como ratas o perros y generar focos infecciosos.
“También es importante respetar su capacidad y, si ya se encuentra lleno, se debe buscar otro cercano”, agregó.
En este sentido, invitó a la comunidad a colaborar para utilizar los contenedores de manera correcta, depositando únicamente la basura domiciliaria en bolsas cerradas, después de haber separado los elementos reciclables.
El buen uso del sistema de contenerización también implica generar una menor cantidad de basura, por lo que es importante el proceso de separación de elementos que pueden ser reutilizados y reciclado que se deben depositar en los de color verde claro o en las campanas de los puntos limpios.
“En un futuro cercano vamos a tener el nuevo Ecoparque y necesitamos tener la menor cantidad posible de residuos que lleguen hasta ahí, por lo que es importante continuar ampliando el trabajo que hacemos de separación de residuos y, en eso, es fundamental el compromiso de toda la comunidad”, consideró.