Por Carlos Alvarez Correa – [email protected] | @la.voz.del.productor
Los productores de Chascomús querían meterse en los campos a producir de lleno. Igualmente se distraían con algunas actividades. Algunos estaban organizando la Expo Chascomús, otros estaban con la Expo Criollos de Palermo, los productores del Foro de Seguridad Rural estaban reunidos peticionando por la posta policial de Don Cipriano y los menos estaban organizándose para ir a Expoagro la próxima semana en San Nicolás.
Pero todos tenían los oídos en la política. Decían “no sé, estoy metido en el campo”, pero la realidad es que estuvieron atravesados por la política y la política agropecuaria.
El primer tema que los sacó tranquera afuera, fue cuando al arrancar la semana empezaron a llegar las boletas del impuesto inmobiliario rural. Tenían un incremento entre el 140 y el 200 %. La bronca salió a relucir contra el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Decían los productores: “pagamos impuestos y encima las patrullas rurales no tiene cubiertas”. En realidad el impuesto inmobiliario no aumenta desde el año pasado y los incrementos acompañaron la inflación, pero en el presupuesto provincial se aprobó el aumento.
La Mesa de Enlace con todas las entidades del campo, manifestaban su descontento y hacían gestiones para que se postergue la primer cuota del impuesto inmobiliario rural y se revea toda la situación. Había inconsistencias en el cálculo.
La provincia de Buenos Aires, por tal, implementó una actualización en la escala impositiva para bienes inmobiliarios rural, con variaciones que oscilan entre el 140% y el 200%.
El ajuste busca mantener la progresividad en los impuestos patrimoniales, gravando de manera diferenciada a las propiedades de mayor valuación y solo el 10% de las partidas, con mayor valuación, será afectado por una cuota extra en los impuestos rurales.
Luego, el día viernes, el productor escuchó el discurso del Presidente. Con esperanza buscaba alguna mención al sector. Pero en el medio de tanta agresión verbal y desafíos de confrontación presidencial, el productor fue ignorado.
Efectivamente no hubo una consideración presidencial al productor “tranqueras adentro” pero tampoco desde que asumió. Siempre se habló de políticas generales, de bajar la inflación y el ajuste fiscal. Pero el presidente nunca se refiere al “productor agropecuario. Sí al exportador”. Igualmente al productor agropecuario le cae bien cualquier gobierno y aún cualquier “sistema político”, que no le haga recordar al anterior.
Hoy el productor, entonces, solo espera que le derrame algo de la rentabilidad de los exportadores. Con un pensamiento casi religioso.
El mejor ejemplo, es que según el Informe Mensual de Exportaciones del Consejo Agroindustrial Argentino, en enero 2024, aumentaron las exportaciones. El sector agroindustrial exportó 21% más que en igual período del 2023. En total exportó 3.299 millones de USD, es decir, 580 millones de USD más que enero 2023. Y este aumento debiera significar un incremento en los precios de las materias primas de exportación. Pero nunca sucede.
El proyecto del gobierno es el “Agronegocio”, las exportaciones crecen pero el precio de las materias primarias, sea carne o granos, nunca va a aumentar más allá de la inflación, porque esa es la base de la rentabilidad del negocio.
El productor transita un nuevo camino. Antes era atacado, ahora es ignorado.