Por Marcelo Chapay
El viernes 7 de marzo, alrededor de las 18, estaba varado en Punta Alta. En la titánica tarea de encontrar donde pasar la noche.
Si. El mismo día en que cayó el cielo y borró del mapa a la vecina Bahía Blanca.
Al llegar al pueblo que se destaca por la presencia de marinos, un lugareño me indicó que fuera por la vieja Ruta 3 para atravesar Bahía. Llena de pozos, en cierto punto el horizonte era agua. Campo y asfalto eran uno, cubierto por la marea.
A las 20, había llamado a cada hotel, albergue o chance de alojamiento. El pueblo estaba inmerso en un silencio lúgubre, con la mugre que deja la correntada en calles y veredas.
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Desde Bahía llegaban noticias y eran tan similares y desoladoras como el 2 de abril del 13 en La Plata.
En ambos casos sonaron alarmas que no fueron escuchadas.
En la capital bonaerense, en 2007, el ingeniero Pablo Romanzzi y su equipo de la UNLP advirtió al municipio que la ciudad era vulnerable.
Ni el intendente de entonces, Julio Alak ( uy!!! es el actual!!!) ni su sucesor , Pablo Bruera, atendieron el mensaje.
En Bahía, en marzo de 2019 la Universidad Tecnológica Nacional detalló en un informe que, de llover 300 mm , resultaría catastrófico para el distrito, si no se hacían obras…
Ya sabemos que el anterior jefe comunal, Héctor Gay, ni el actual, Federico Susbielles, escucharon….
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Pasadas las 21, accedí a una pocilga en Punta Alta.
Te recibían tres perros viejos, sucios, que olían a perro mojado, malhumorados, que llenaban de pelos la recepción.
La puerta de madera del “cuarto ” cerraba con un fuerte empujón, porque estaba “hinchada” por la humedad. Las sábanas sucias y las paredes descascaradas.
La ausencia de papel higiénico se hizo notoria en determinado momento…
Rompían el silencio de cementerio del pueblo, centenares de loros chillando en los cables que flotaban al antojo del viento, sobre la calle.
La imagen espectral que ilustra esta breve crónica de un día muy agitado, completó el panorama desolador.
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Las coincidencias entre las dos catástrofes, aturden. Conmueven. Indignan.
Platenses y bahienses desconocemos el número real de víctimas. Y nunca lo sabremos.
No hubo ni habrá responsables políticos. Ni aquí ni allá a pesar de las advertencias de la Universidad Nacional Pública.
No hubo políticas ni estrategias de contingencia.
Otro dato siniestro es la presencia de Scioli. Entonces como gobernador. Hoy como responsable de Ambiente. Pienso que el día que nos invadan los extraterrestres, este tipo se postularía como canciller de los marcianos.
La única diferencia se registró entre los intendentes: el bahiense Susbieles no truchó una foto junto a los inundados mientras estaba de vacaciones en Brasil….ayyy Bruera!
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A pocos días de tanta tristeza, me permito algunas reflexiones.
* Nuestros políticos son incapaces de gestionar adecuadamente el crecimiento de una ciudad. Y carecen de la inteligencia y humildad para escuchar. La codicia nos lleva derechito al infierno.
* En la guerra de Vietnam, por primera vez, fuerzas militares modificaron el ambiente con fines hostiles. Cuando se supo, la Humanidad acordó prohibir manipular el ambiente como un arma. No se estaría respetando…
* Los políticos se juntan para la selfie, en un país tan frágil que, un tren, cargado de donaciones, tarda más de un día para recorrer 600 km.
* Está en tela de juicio la solidaridad argentina. En 2013 se anotaban para recibir subsidios en el municipioplatense, solo aquellos que tenían el DNI…y lo recibió “gente” que no lo necesitaba. Y hubo robos y saqueos.
* En Bahía, un paquete de velas se vende a 8 mil pesos, el municipio exige inscripción por celular para recibir ayuda (?) y se produjeron robos y saqueos.
Finalmente, estimado lector, tenga especial cuidado si decide ir de vacaciones o queda varado en Punta Alta. En algunos “hoteles ” necesitás más coraje que dinero para pernoctar allí.