Por Carlos Alvarez Correa
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La situación de Acindar y el alambre utilizado por los productores agropecuarios es el símbolo de un proceso futuro. La frase: “Usa el mejor alambre”, peligra. Los productores agropecuarios eligieron el “ajuste”, pero su elección puede terminar aumentándoles los costos.
Una noticia impactante: “ACINDAR suspende su producción y cierra cuatro plantas por un mes” (Clarín 28-2-24). También se dijo: “Por la recesión Acindar paralizará sus cuatro plantas en la Argentina” (Infobae 28-2-24).-. Saluden a la industria argentina que se va.
Es una empresa siderúrgica con casi 80 años en el país, iniciada por la familia Acevedo, hoy asociada a un grupo líder mundial de la siderurgia, ArcelorMittal, el que posee el 37 % de sus acciones. Proveedora del alambre más utilizado en los campos argentinos, el de alta resistencia 17/15, con un costo de u$s 256 (BNA). ¿Pero cómo se pagará en el futuro? ¿Tendremos precios internacionales en el alambre?
Algunos productores que acompañaron al gobierno dicen: “¡no!… eso no va a pasar”. Pero sus campos se caen a pedazos del mal estado de los alambres, con animales sueltos en los caminos con patrullas rurales corriéndolos. Hasta en el camino a Giribone se instalan alambres eléctricos en los perimetrales del camino. Ya no son de 7 hilos.
El alambre además es un elemento productivo. Pastoreos rotativos, destetes, protección de sembrados, todo es el resultado de buenos alambres. Buenos alambres es sinónimo de eficiencia productiva.
Pero a los productores no les importa el cierre de Acindar. Ilusionados que les saquen las retenciones a la exportación, creen en la bondad de los exportadores. Una anteojera digna de un análisis sociológico por su autoflagelación…El productor se hizo hincha de Brasil porque Messi no ganó la copa américa en Chile.
La consecuencia del cierre o suspensión del personal de ACINDAR, tienen un solo resultado: “Un alambre a mayor costo a precio internacional”.
El proceso es de manual. El deterioro de la Empresa Acindar, es el inicio de un proceso que se puede consultar en cualquier manual de Historia Argentina Contemporánea, en el capítulo de los años 90.
Primero la recesión. Las empresas argentinas o radicadas en el país, por la “falta de ventas”, suspenden su personal o cierran definitivamente. Queda una demanda insatisfecha.
Segundo, cierran o son compradas a un precio inferior. Con un mercado interno deteriorado pero con demanda interna y externa. Los que compran, se transforman en fabricantes para exportar o barracas de depósito de productos importados.
Tercero, sin la presencia del mejor fabricante a costo nacional, se empieza a importar los productos como “el alambre”. Entonces a los productores les venden el alambre importado. Inicialmente más barato y luego ante el monopolio de la oferta, a un 30 al 40 % más caro porque el precio de referencia pasa a ser el de exportación o importación. El productor agropecuario así aumenta el costo de producción y pierde rentabilidad.
En una cuarta etapa, además, hasta se visualizan las consecuencias sociales en nuestros pueblos. Vecinos que quedan sin trabajo, ante una empresa fabricante menos, que se transforma en un galpón de almacenamiento de alambres importados. Pero “el precio de referencia es el precio internacional”; en el olvido queda el costo de producción. Es de manual.
Finalmente el productor agropecuario, el de Chascomús mismo, al aumentar su costo del valor del rollo de alambre a precio internacional se ve obligado a deja de alambrar. Termina siendo “un ineficiente consciente”. Sus campos bajan de valor por ello y los alambradores se quedan sin trabajo.
¡El alambre! Inicio de un proceso de aumento del costo de producción para los “tranquera adentro”. Da estupor dar estas noticias en el partido de Chascomús, donde Richard Newton hizo el primer alambrado en el paraje de Don Cipriano en Argentina.