El Senado empezó una nueva sesión con 42 senadores presentes en la que se tratarán el aumento a los jubilados, la declaración de emergencia en Discapacidad y una serie de proyectos de los gobernadores que apuntan a recuperar financiamiento para las provincias, que fueron clave para abrir la sesión
Será una sesión caótica la de este jueves. Sin convocatoria formal, los senadores se presentaron en el recinto y una vez que juntaron el quórum se formalizó el inicio. La titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel, se presentó en el estrado presidencial, lo que le vale una nueva andanada de críticas desde La Libertad Avanza. Los senadores libertarios también impugnan los dictámenes de los proyectos porque fueron conseguidos con las comisiones autoconvocadas, sin que haya existido llamado de las presidencias-.
Con la zanahoria de los proyectos destinados a distribuir automáticamente los ATN y a coparticipar el impuesto de combustibles líquidos, la oposición consiguió el número para dar inicio a la sesión ordinaria con facilidad. No hubo casi ausencias, incluso entre los más aliados de La Libertad Avanza.
Los 34 senadores peronistas dieron el presente, así como la larretista Guadalupe Tagliaferri, y los radicales Martín Lousteau y Pablo Blanco: los principales impulsores de la sesión. Pero no eran los únicos. También estaba el jefe de bancada radical, el proto oficialista Eduardo Vischi, así como la cordobesa Alejandra Vigo (pareja del exgobernador Juan Schiaretti) y la rionegrina Mónica Silva.
Hasta el correntino “Camau” Espínola, que hasta hace unas semanas sonaba como posible candidato a gobernador de LLA, bajó al recinto a dar quórum.
Era el desafío de los gobernadores a Javier Milei, a quien le reclaman recursos para sus provincias. El malestar se venía gestando hace tiempo, pero la estrategia electoral de Karina Milei de priorizar las listas “puras” por sobre los acuerdos territoriales con los caciques locales había terminado de dinamitar los puentes. “A los gobernadores los cerrás con recursos o con política, sino es imposible”, mascullaba un operador de Casa Rosada molesto con la estrategia de la hermana presidencial.
Abandonado a su debilidad numérica, el Gobierno apostó todas sus fichas a embarrar la sesión para ganar tiempo. Desde el operativo fallido del comunicador oficialista Alejandro Fantino, que salió a alertar que la aprobación de los proyectos opositores harían tambalear al Gobierno, hasta el propio Javier Milei: todo el aparato oficialista salió a denunciar que la sesión en el Senado representaba un “golpe institucional” contra el Gobierno.
“Hoy el kirchnerismo planea un golpe institucional en el Senado, plantándole a la Vicepresidente una sesión autoconvocada para arrebatarle el poder a la Presidencia del Senado y agujerear los éxitos económicos del gobierno”, denunció la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, minutos antes de que comenzara la sesión. (DIB)