La oportunidad fue propicia para una mesa bien servida y mejor regada en la que brilló el compañerismo y la buena onda que nace del seguimiento de una camiseta de fútbol.
No es posiblemente el mejor momento deportivo del equipo celeste y blanco, pero el espíritu de pertenencia supera la situación y así fue que se vivió otra vez una noche de buen ánimo y la esperanza de que la suerte futbolística cambie.
La foto es testimonio del clima de felicidad luego de más de un año de ausencia por la pandemia.
¡Felicitaciones a “La Academia”!.