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lunes, enero 27, 2025

Kicillof y Milei se entendieron en un tema clave, aunque siga la guerra

Provincia paga el vencimiento de deuda más exigente que le queda este año, con dólares "baratos" aportados por "Toto" Caputo. La pelea por el transporte prosigue, pero su eje es más político que financiero. El affaire de los pliegos del poder judicial y un detalle que conecta con la pelea por la Corte nacional. Algunas claves de la interna radical

Andrés Lavaselli

La semana política abrirá con una novedad infrecuente: un entendimiento entre los gobiernos de Axel Kicillof y de Javier Milei que permitirá el pago del vencimiento de deuda más importante del calendario bonaerense de este año, de 350 millones de dólares. Es una imagen acuerdista nacida de la necesidad mutua, sin trasfondo ideológico ni ulterioridad política, pero que contrasta con el creciente ruido interno en el peronismo provincial, que involucra ahora también, explícitamente, a Sergio Massa.

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El anuncio del pago del vencimiento de deuda estará a cargo de dos kicillofistas puros: el ministro de Gobierno, Carlos Bianco y el de Economía, Pablo López. El dato político es que el ministerio de Economía que controla Luis “Todo” Caputo le habilitó a la Provincia la venta de dólares a precio oficial para cumplir con el compromiso, lo que abarató la operación. De no haber sido así, López habría tenido que recurrir a la compra de dólares financieros, que cuestan significativamente más. Para un tesoro al que no le sobra nada, no es un dato menor.

Por supuesto que no se trató de un gesto de buena sintonía, en ningún sentido. Lo que ocurre es que a Nación no le conviene que la provincia más grande del país entre en default. Y sobre todo, que una previsible denuncia de Kicillof sobre un retaceo de divisas hubiese llevado incertidumbre al sensible frente cambiario, que es donde Javier Milei menos necesita ruido. El Gobernador, por su parte, pudo cumplir con un compromiso que hasta hace dos meses estaba en duda y a un costo razonable. O menor del que pudo haber sido.

Pero hasta ahí llegan las coincidencias: en la misma conferencia en la que se anunciará el pago de deuda, el ministro de Transporte, Jorge D´Onofrio, atizará la pelea por la quita del subsidio nacional del sistema SUBE, que hasta ahora abarataba los pasajes integrados en el transporte público del AMBA. Son los boletos para el segundo y tercer viaje que se realiza hasta dos horas después de sacar un ticket inicial, que se encarecerían hasta un 40%, ya que la decisión de Kicillof es no cubrir lo que Milei deja de financiar.

 Hay una lógica política más que económica detrás de la puja. Milei quiere forzar a Buenos Aires a profundiza el ajuste. Lo dejó en claro su portavoz, Manuel Adorni, cuando le sugirió a Kicillof que elimine el ministerio de la Mujer para generar el ahorro que le permita subsidiar a los ómnibus. Pero al Gobernador no le falta esa plata: lo que quiere es que, en un tema sensible, la población experimente los efectos del programa económico nacional. En La Plata aclaran que Provincia sí financia la parte del subsidio al boleto común, que es lo que le toca sostener.

Ese plano de la pelea, el del financiamiento, tiene un capitulo actual poco conocido. En la ley previsional que vetó el viernes por la noche hay un artículo que dispone la cancelación de las deudas con las provincias derivadas de los atrasos en la compensación de los déficits de los sistemas previsionales locales, entre ellos el bonaerense. De ahí que la pelea para que el Congreso logre los dos tercios necesarios para derribar el veto tenga para Kicillof un interés especial: además de socavar un gesto de autoridad presidencial se aseguraría más fondos.

Chispazos

En la Legislatura, en tanto, el trámite de la designación de jueces dejó tela para cortar. El expediente recién se pudo destrabar luego de añadir ocho candidatos extra para La Matanza, a pedido de la vicegobernadora Verónica Magario y uno, correspondiente a una magistrada de Azul, reclamado por el radicalismo. Lo de La Matanza es fue única tensión (el candidato a fiscal general de Carlos Baccini provocará un cruce duro con LLA) pero fue la central: una vez resueltos los nombres para su distrito, la Vice permitió que el trámite, que tenía congelado, siga adelante.

Un dato de color, o no tanto: un pliego que se bajó es el de María Virginia Paoltroni, secretaria de un juzgado de Paz de General Alvear. Es la hermana de Francisco Paoltroni, el senador expulsado del bloque nacional de LLA por oponerse a la candidatura de Juez Ariel Lijo a la Corte (y por hacer público las presiones en contrario de Santiago Caputo). Quien activó la eyección de la candidata fue el ministro de Justicia de la Provincia, Juan Martín Mena,  cuya terminal política directa en Cristina Fernández. Es una pista más de su posición en este tema.

El affaire de los pliegos encierra otra clave política: en el medio de la disputa, el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado provincia, Emanuel González Santalla, le pidió por escrito a Magario que le envíe los pliegos que tenía retenidos. Expuso así su juego. González Santalla es un camporista de Avellaneda de vínculo estrecho con Máximo Kirchner y  enfrentado con el intendente Jorge Ferraresi. En Gobernación ataron cabos  y concluyeron: el Senador, dicen, se comportó más como un opositor que como un oficialista.

No fue el único caso donde la tensión afloró. En una reunión entre Emilio Pérsico y Máximo Kirchner se habló de la posibilidad de partir el Movimiento Evita para crear un sector alineado con el presidente del PJ provincial. Una foto de dos dirigentes de ese espacio Juan Abal Medina y Gildo Onorato (que es además funcionario provincial) con Kicillof tomada el viernes en el despacho del Gobernador buscó cerrar el tema: “no vamos a formar parte de ninguna construcción que divida al movimiento nacional”, dijeron a DIB en ese movimiento social.

Hubo otro roce notable: el que protagonizó Eduardo “Wado” De Pedro con Sergio Massa. Aunque el fondo se vincula a la puja por controlar la negociación con Caputo por la ampliación de la Corte nacional, circularon versiones que exceden ese tema. Hubo quien mencionó un –inverosímil- pase de De Pedro a las filas de Kicillof en la pelea interna del PJ. En provincia hicieron notar, como dato contextual, que el episodio ocurrió justo cuando se incorporaron dos dirigentes renovadoras al gobierno bonaerense (Valeria Arata a Transporte y Micaela Ferraro en la fundación del Banco Provincia), en lo que constituye el primer gesto de buena convivencia entre Kicillof y Massa desde la campaña electoral.

Como fuere, es probable que el próximo capítulo de la puja se dé el sábado 14 de septiembre en Mar Chiquita. Ese día se realizará un nuevo acto de “La Patria No Se Vende”, el espacio kicillofista que tuvo su bautismo de fuego en Florencio Varela.

La interna eterna

En el radicalismo, el pacto entre Facundo Manes y Martín Lousteau terminó de armar una interna que tiene implicancias que van más allá de lo partidario. En principio, todo indica que el viernes 6 se presentarán dos listas, la que encabeza Miguel Fernández, candidato del oficialismo partidario que comanda Maximiliano Abad y la de Pablo Domenichini, el desafiante opositor. En las filas de Abad creen que todavía puede haber una lista de unidad, algo que sus oponentes no descartan. Seguramente se negociará hasta pocos antes de los comicios del 6 de octubre.

El perfil que asuma el radicalismo no es un tema menor. Influirá, seguramente, en el destino de  negociaciones importantes, como la nueva composición de la Suprema Corte bonaerense, aún pendiente. El actual oficialismo partidario está relativamente más cercano al Javier Milei. Abad, además, es un hombre del riñón de Ernesto Sanz, de histórica cercanía con Paolo Rocca, el líder de Techint que habría influido en la decisión de YPF de llevar la planta de GNL a Río Negro. (DIB)

ViaDIB

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