Inseguridad en la Escuela Industrial: una amenaza creciente y una justicia que mira para otro lado

El viernes 28 de marzo al mediodía, la comunidad educativa de la Escuela Industrial de Chascomús se vio sacudida por un alarmante episodio que expone la creciente inseguridad en la zona. Un joven de aproximadamente 19 años se presentó en la puerta del establecimiento preguntando por un alumno, y fue detectado por autoridades y estudiantes portando un cuchillo, un destornillador y una cantidad no precisada de marihuana.

A pesar de la rápida intervención de las autoridades escolares, la respuesta de la policía local fue tardía, lo que obligó a una agente de la Policía Federal presente en el lugar a tomar acción y reducir al sospechoso. Sin embargo, lo que podría haber sido un avance en la protección del alumnado terminó en indignación: el joven fue liberado casi de inmediato por orden de un fiscal.

La indignación creció cuando se conoció que una alta autoridad de la escuela intentó comunicarse con este funcionario judicial, quien no solo se mostró molesto por la llamada, sino que además cortó la comunicación. Este accionar dejó en evidencia la falta de compromiso de la justicia ante un problema que pone en riesgo a cientos de estudiantes.

Una ola de violencia que no cesa

Este hecho no es aislado. Días antes, una oyente de FM Por Siempre 97.3 denunció públicamente otro grave episodio ocurrido en las cercanías de la Escuela Industrial. Según relató Silvia, su nieto de 12 años y un compañero fueron atacados en pleno mediodía por dos jóvenes desconocidos. Mientras circulaban en bicicleta, uno de los agresores le propinó una patada a su nieto, provocando su caída. Afortunadamente, los atacantes huyeron sin causar más daño, pero la sensación de inseguridad quedó instalada.

Padres y docentes exigen respuestas

Ante la reiteración de estos episodios, este lunes se llevó a cabo una reunión de padres en la institución para discutir posibles soluciones. Una de las principales preocupaciones es la vulnerabilidad de los estudiantes que, debido a la organización horaria, deben permanecer en las inmediaciones de la escuela entre turnos sin un espacio seguro donde resguardarse.

La comunidad educativa reclama medidas urgentes para frenar esta ola de violencia. Entre las soluciones planteadas, se destaca la necesidad de reforzar la presencia policial en los alrededores del establecimiento y generar espacios seguros dentro de la escuela para que los alumnos no queden expuestos.

Sin embargo, la pasividad de las autoridades judiciales sigue siendo un obstáculo. La falta de respuesta ante estos hechos no solo genera indignación, sino que también expone la desprotección en la que se encuentran los estudiantes. ¿Se esperará a que ocurra una tragedia para tomar medidas?

La comunidad educativa exige que no se minimicen estos hechos y que se tomen cartas en el asunto antes de que sea demasiado tarde.