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lunes, septiembre 16, 2024

Hoy abre la “Pulpe”: Una pareja de soñadores comienza a revivir al paraje rural Gándara

En una parte del viejo restaurante de la recordada fábrica Gándara, una joven pareja reabre este viernes de Semana Santa una pulpería para comenzar a devolverle un poco de vida a una zona rural muy bonita y con muchísima historia.

Virginia Costa Soto y Sebastián Capiello depositaron su esperanza en Gándara ya hace varios años. Ella es oriunda de Chascomús y los vaivenes de la vida la llevaron por otros caminos, hasta que en pandemia recordó que había un lugar que podía ofrecerle un nuevo comienzo junto a su compañero de vida, Sebastián. Y así fue.

La pareja se quedó sin trabajo durante la pandemia y decidieron mudarse de Martínez, partido de San Isidro, a este paraje rural. Allí construyeron un complejo de cabañas y su segundo proyecto fue la Pulpería, que hoy comienza a funcionar. “Podemos volver a tener un Gándara con trabajo y movimiento, con algunos comercios que atiendan a quienes vivimos acá y a quienes vienen a conocer el monasterio, la fábrica, la estación y la escuela. Desde nuestro lugar, abrimos un hospedaje de cabañas y ahora vamos con el café”, señaló Victoria con un entusiasmo que contagia.

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Las palabras de Virginia se sustentan en varias razones. Primero, el paraje rural Gándara tuvo la tercera industria láctea del país y más de 500 operarios que cubrían turnos durante todo el día. Cerrada la planta en 2007, el éxodo de sus habitantes fue casi total, y hoy solo quedan menos de 100 habitantes.

Sin embargo, Virginia y Sebastián continuaron viendo el potencial turístico que el fantasma de la fábrica cerrada, con sus historias infinitas, no dejan respirar a un lugar que está vivo. 

Por eso, frente a la ausencia de un lugar que abastezca las necesidades de los vecinos de Gándara, a Virginia y a Sebastián se les ocurrió arrancar con una idea piloto: instalaron una mesa frente a la estación y llevaron unos termos de café y unas medialunas. Los visitantes que llegaban en bicis, autos o camionetas al pueblo frenaban para preguntar qué tenían. También consultaban por un baño disponible. Ese “estudio de mercado” comenzaba a dar buenas señales. Fue el motor de un sueño.

La joven familia Capiello Costa Soto en el paraje rural Gándara

 “Queremos inventar una nueva historia”, dice Virginia Costa. Ella nació en Chascomús y su abuelo, tambero, tenía campo en Gándara. “Pasé mi niñez acá”, recuerda.

Con la fuerza que los caracteriza, comenzaron a recuperar el antiguo comedor de la fábrica para convertirlo en pulpería. Ya tienen un hospedaje y el anhelo de darle a Gándara una nueva oportunidad hoy suma una marcha más.

“Las personas buscan conectar con algo simple, con el descanso y olvidarse un poco de los ruidos y la rapidez con la que se mueve todo en la ciudad”, argumenta Sebastián para referirse al perfil de los pasajeros que los visitan.

Vale destacar que Gándara se encuentra en un punto estratégica de la ruta 2 y a sólo 20 kilómetros de Chascomús, antes de Atalaya, y a una hora y media de la ciudad de Buenos Aires.

También se puede llegar en tren desde Constitución: “Combinás en Alejandro Korn y en 2 hs podés estar en la Pulpe”, señalan sus dueños, no sin antes recordar por qué bautizaron así este nuevo sueño: “La pulpería apela a la nostalgia de la gente amante de los pueblos. Es el lugar que une tanto a locales como turistas”.

Este viernes, 29 de marzo, se concretará la apertura de Pulpería Gándara, una pequeña cafetería en el ex restaurante de la fábrica, enfrente a la estación de tren. Hoy estará abierta de 10 a 19. “A las 16 hs. el gigantesco @richardcolemanrock nos deleitará con algunos temas acústicos en nuestro patiecito. Nadie se quiere perder eso, es para la historia. Un patio entre amigos con Richard y un café, unas medialunas de @parador_atalaya y por qué no una birrita sentado en el pasto”, invitaron desde sus redes sociales.

Hermoso patio de la Pulpería Gándara

GANDARA ES GANDARA

Gándara nació en 1823, cuando Domingo Leonardo de la Gándara compró las tierras que dieron origen al paraje. Antes de su muerte, el propietario transmitió los lotes a sus hijos para la creación de la estación de tren, la escuela, un monasterio, almacenes, pulperías y una empresa homónima de productos lácteos.

La fábrica fue el motor del crecimiento de Gándara, convirtiéndose en una de las empresas lácteas más importante de Argentina y llegando a abastecer un 25% del consumo total de leche del país. Asimismo, sus productos fueron exportados a Estados Unidos, Italia, Arabia, Israel, México y Brasil.

Durante la década de los 80, Gándara era una parada casi obligatoria para los turistas que viajaban a la Costa Atlética porque podían disfrutar de manera gratuita muestras de dulce de leche o yogurt.

Gándara era un pueblo lleno de vida, con reuniones, fiestas y, sobre todo, trabajo. Sin embargo, sus días gloriosos llegaron a su fin cuando en 2007 la empresa cerró sus puertas y cientos de trabajadores quedaron en la calle.

(Con información de La Nación e Infocielo)

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