En un contexto de profunda dificultad a nivel nacional, donde el Congreso debate hoy proyectos de emergencia en discapacidad, actualización de jubilaciones y coparticipación con el fantasma de posibles vetos, el gobierno municipal de Chascomús intensifica sus esfuerzos para acompañar a las familias y sostener los servicios esenciales. La gestión local advierte sobre las “consecuencias directas y visibles” de las políticas nacionales en la vida cotidiana de los chascomunenses, que obligan a “multiplicar recursos” para contener la creciente demanda.
Desde el inicio de la actual gestión nacional, los recortes en áreas sensibles como la obra pública, los subsidios a tarifas, y los programas sociales y educativos han modificado drásticamente la dinámica local. Aunque el municipio cuenta con recursos propios y una gestión reconocida por su transparencia, hay cuestiones que “exceden por lejos las capacidades presupuestarias de la ciudad”.
La paralización de la obra pública es uno de los puntos más críticos. Esta situación impacta de lleno en el desarrollo de planes de vivienda y en la infraestructura escolar, afectando además la economía local al frenar la generación de empleo y la dinámica que este sector aporta a la actividad económica en general. La falta de inversión nacional en infraestructura se traduce directamente en menos oportunidades y menos mejoras para la comunidad de Chascomús.
La combinación de la devaluación, el “superávit fiscal” logrado a costa de la desaceleración del consumo por el congelamiento salarial, el recorte a jubilados y la alta inflación, ha provocado una severa pérdida de poder adquisitivo. Esto se traduce en un incremento sostenido de la demanda en las áreas sociales del municipio.
La Secretaría de Desarrollo Social local ha registrado un alarmante aumento en la asistencia directa por alimentos: de 300 familias a 1.520, de las cuales un 28,8% son adultos mayores. Esta situación ha exigido un reajuste en la asignación de partidas destinadas a políticas alimentarias, que hoy ascienden a más de $31.000.000. Adicionalmente, el municipio mantiene el apoyo a comedores y merenderos a través del Programa Complemento Alimentario Municipal, uno de los primeros sectores afectados por la “motosierra que todo destruye” a nivel nacional.
La quita de subsidios a las tarifas de servicios públicos como el gas y la luz ha vuelto “impagables” las facturas para miles de hogares chascomunenses. Desde la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) afirman que las consultas y los reclamos por aumentos desmedidos, errores de facturación o pérdida de segmentación se triplicaron.
Esta situación es especialmente sensible para los vecinos, que cada vez destinan una mayor parte de sus ingresos al pago de estos servicios básicos, sumándose a la desregulación de tarifas en otros rubros como telefonía, televisión por suscripción y medicina prepaga.
Frente al “retiro del Estado nacional”, la Municipalidad de Chascomús ha reforzado su rol como garante de derechos. Se han reorganizado partidas presupuestarias, fortalecido áreas sensibles y ampliado la atención territorial para intentar amortiguar el impacto.
“Sabemos que son tiempos difíciles. Pero no estamos cruzados de brazos. Desde el gobierno municipal redoblamos el esfuerzo, con recursos limitados pero con un compromiso claro: estar cerca de quienes más lo necesitan”, concluyó el intendente Javier Gastón.
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