Contradicciones radicales: Abad critica las “candidaturas trampa” mientras sectores de la UCR sellan alianza con Milei
En un contexto de creciente fragmentación política, la Unión Cívica Radical (UCR) enfrenta sus propias contradicciones. Por un lado, el senador nacional por Buenos Aires Maximiliano Abad lanzó una dura crítica a las candidaturas testimoniales, a las que calificó como “una trampa” que “burla al electorado” y erosiona “lo más valioso que tiene una democracia: la confianza”. Por otro, seis diputados vinculados al radicalismo formalizaron un interbloque con La Libertad Avanza, sin que la conducción partidaria expresara reparos frente a este alineamiento con el oficialismo libertario.
“Las candidaturas testimoniales no son un desliz. Son un engaño explícito al electorado, una burla abierta hacia quienes votan”, aseguró Abad, al tiempo que denunció que estas maniobras “se institucionalizan y se vuelven costumbre”, dañando la relación entre ciudadanía y política. En su análisis, el problema excede lo ético: “Cuando una persona se postula sin intención real de asumir el cargo, se está jugando con la voluntad popular”.
Mientras tanto, el martes se conoció la foto que oficializa la alianza legislativa entre seis diputados de origen radical y el partido del presidente Javier Milei. Pablo Cervi (Neuquén), Mariano Campero (Tucumán), Federico Tournier (Corrientes), Francisco Monti (Catamarca), Luis Picat (Córdoba) y Martín Arjol (Misiones) integran el nuevo interbloque con La Libertad Avanza. “Desde el día uno acompañamos las reformas impulsadas por el presidente Javier Milei, y hoy decidimos dar un paso más y consolidar este compromiso”, escribió Cervi en redes sociales.
Lo paradójico es que muchos de estos dirigentes provienen del radicalismo, una fuerza que en su origen hizo del republicanismo social su bandera y cuyo líder histórico, Raúl Alfonsín, advertía sobre los riesgos de entregarse a la derecha: “Tengo miedo a la derecha. El enemigo es la derecha. Lesiona la autonomía de la gente, la posibilidad de vivir en democracia”.
La contradicción es evidente: mientras Abad exige recuperar “el sentido ético de la política” y “honrar el compromiso con el pueblo”, parte del radicalismo se acomoda al poder de turno, incluso cuando las políticas libertarias avanzan sobre los derechos que el propio Alfonsín consideraba pilares de la vida democrática. Las reformas que Milei impulsa —ajuste fiscal, recorte del Estado, debilitamiento de la seguridad social— son, en muchos casos, el espejo de aquellas amenazas que el expresidente denunció con claridad.
Así, la UCR se encuentra ante un dilema que parece definir su rumbo: ¿mantener vivo el legado de Alfonsín o diluirse en alianzas coyunturales que contradicen su historia?

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