Las clases están a cargo de profesores y guardavidas municipales, y se dictan entre abril y noviembre. Divididos en grupos por edades, aprenden a flotar, a desplazarse en el medio acuático, los diferentes estilos de nado, y las medidas de seguridad dentro del agua para una práctica segura.
Además, en estas clases se brindan los conocimientos básicos como para que estos niños y adolescentes puedan relacionarse con la laguna y participar de las actividades acuáticas propias de nuestra ciudad. En este sentido, durante los meses de verano los mismos chicos participan de un taller de kayak, que promueve el respeto por el espacio, el cuerpo propio y el del otro.
El deporte es un derecho humano. Además, es una herramienta de integración y un espacio de socialización, de formación y de construcción de identidad en un ámbito distendido y recreativo. En esa línea va esta política pública que iguala en oportunidad.