En este lunes 2 de junio, Argentina celebra el Día Nacional del Bombero Voluntario, una fecha dedicada a reconocer la entrega, la valentía y el servicio desinteresado de miles de hombres y mujeres que, día a día, arriesgan sus vidas por los demás. Ser bombero voluntario trasciende una profesión; es una pasión, una forma de vida, forjada en la abnegación, el sacrificio y un profundo sentido de solidaridad.
“Solidaridad, profesionalismo, formación, vocación, entrenamiento y compromiso son algunas de las palabras que describen a los bomberos voluntarios de Argentina”, reza el mensaje de quienes hoy se suman a este merecido homenaje.
La elección del 2 de junio conmemora un hito histórico: el nacimiento del primer Cuartel de Bomberos Voluntarios en el barrio porteño de La Boca, en 1884. Hoy, se cumplen 141 años desde que el Sistema Nacional de Bomberos Voluntarios comenzó a escribir su historia, erigiéndose como uno de los movimientos humanitarios más importantes del país.
Para celebrar esta fecha, se invita a la comunidad a participar de la Santa Misa que tendrá lugar hoy lunes 2 de junio a las 19 horas en la Iglesia Catedral Nuestra Señora de la Merced, presidida por el obispo Juan Ignacio Liébana. Es un momento para dar gracias y rezar por la seguridad de los bomberos, sus seres queridos y, especialmente, por aquellos que han perdido la vida en el cumplimiento de su deber.
La historia del Cuartel de Bomberos Voluntarios de Chascomús
En Chascomús, el anhelo de la comunidad por contar con un cuerpo de bomberos se concretó el 19 de noviembre de 1960, con la creación del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Chascomús. Sin embargo, la semilla de esta institución fue sembrada mucho antes y de la mano de un trágico suceso.
Corría el mes de septiembre de 1960. La ciudad, que comenzaba a vislumbrar un perfil industrial más allá de su arraigo rural y lagunero, fue testigo de un incendio devastador en pleno centro. El fuego se inició en el sótano de una propiedad, extendiéndose implacablemente hasta consumir todo el edificio, incluyendo salones de venta y viviendas.
La magnitud del desastre puso de manifiesto una cruel realidad: la ciudad carecía de medios y preparación para enfrentar un siniestro de tal envergadura. A pesar de los esfuerzos, y al depender de la ayuda externa de los bomberos de La Plata que llegaron cuando ya era tarde, solo se pudieron defender las propiedades linderas. La esquina de Libres del Sur y Arenales, reducida a ruinas, quedó como un elocuente recordatorio de aquella trágica noche.
El despertar de la vocación local
Sin embargo, de ese dolor surgió un clamor generalizado por la creación de una agrupación de Bomberos local. Los diarios locales, incluido “El Cronista”, publicaron cartas de vecinos y notas editoriales que impulsaron el tema, e incluso se inició una colecta popular para financiar la compra de una autobomba.
El Honorable Concejo Deliberante, con la presencia de Alberto Greco, conformó una comisión especial que buscó contactos con instituciones vecinales. El entonces intendente Pedro Gastón y su secretario Dardo Quiroga, junto a instituciones como el Rotary Club, el Centro de Comercio, La Sociedad de Fomento y Turismo, diversos gremios, la policía y representantes barriales, expresaron su adhesión y solidaridad.
Fue así como, el 23 de septiembre de 1960, por invitación municipal, un grupo de vecinos y autoridades se reunió en el salón de la intendencia con el objetivo de formalizar la creación de un cuerpo de bomberos. Finalmente, el 19 de noviembre de ese mismo año, se realizó la Asamblea Constituyente de la “Sociedad de Bomberos Voluntarios de Chascomús”, siendo Juan Luzian su primer presidente. Cabe destacar que la idea original de fundar esta Sociedad ya había germinado en 1951, cuando un grupo de vecinos, entre ellos Francisco Romay, Ricardo Sommi, Alberto Greco y el propio Juan Luzian, se reunieron con esa visión en el antiguo local del Centro de Comercio.
Hoy, Chascomús rinde homenaje a estos héroes cotidianos, recordando su historia, su compromiso y su invaluable aporte a la seguridad y el bienestar de toda la comunidad.