Atalaya llegó a Tandil con un nuevo parador
El emblema de la Ruta 2 inauguró su primer local en la ciudad serrana, consolidando su modelo de franquicias y su espíritu rutero.
La tradicional marca Atalaya, símbolo de la Ruta 2 y orgullo de Chascomús, continúa su proceso de expansión nacional con la inauguración de un nuevo Parador Atalaya en Tandil. El flamante local abrió sus puertas en las instalaciones de Pico Deportes, ubicadas sobre la Colectora Sur J. C. Pugliese 2256, marcando un nuevo capítulo en la historia de una empresa que lleva más de ocho décadas acompañando a los viajeros argentinos.
Nacida en Chascomús, donde mantiene su sede icónica a la vera de la ruta, Atalaya ha sabido reinventarse sin perder su esencia. El desembarco en Tandil forma parte de su modelo de franquicias, una estrategia que le ha permitido crecer de forma sostenida en distintos puntos del país.
El nuevo parador combina la identidad clásica de la marca —sus reconocidas medialunas, el servicio rutero y la calidez familiar— con un diseño moderno y una impronta local. El proyecto fue llevado adelante junto al nuevo franquiciado tandilense, Facundo Tapia, quien trabajó durante meses junto al equipo de Atalaya para concretar la apertura.
Durante la inauguración, Juan Ignacio Castoldi, vicepresidente de Atalaya y representante de la tercera generación de la familia fundadora, celebró el arribo de la marca a la ciudad serrana:
“Llevamos 80 años y siempre fue Ruta, Medialunas y Playa. Ahora podemos decir con orgullo, gracias a Facu, que también es Ruta, Medialunas y Sierra. Nos estaba faltando este destino. Estoy muy contento con el desarrollo y la estética. Esta ciudad es hermosa, siempre he venido a vacacionar y está creciendo muchísimo”, expresó.
Fiel a su ADN rutero, Castoldi destacó además la ubicación estratégica sobre la Ruta 226, que mantiene la filosofía de la marca:
“Nosotros nacimos en la ruta, nos sentimos cómodos con este escenario, podemos encontrarnos con el viajero o con el vecino, quien quiera disfrutar de estas instalaciones.”
Con esta apertura, Atalaya refuerza su presencia en el interior bonaerense, manteniendo vivo el espíritu que nació en Chascomús, donde comenzó una historia que hoy trasciende generaciones, rutas y destinos.
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